Las caricias que nos quedan
Bruce acercó su cuerpo delgado a ella y le
s se hacía a un lado. La sonris
omún. Mientras esperaba que su mensaje llegara al dormitorio por la tarde, había buscado en Google su no
nombre, el presidente de BA Group y la élite empresarial más joven de A
ujeres, alguien que se destacaba entre la multitud y que solo le mostraría un lado amable si
a en una liga propia. Siempre habría una daga escondida detrás de su sonrisa brillante y gentil. Como la luz atraía a uno, t
sería un gr
afortunada por su sa
solo que una pobre estudiante como ella realmente no tenía idea de a qué hotel o restaurante pertenecían los miembros de la clase alta. El restaurante romántico al lado de
alguien. Aunque estaba sentada junto a él, no tenía idea de quién era o
so que era propiedad de una familia italiana, La Delizia. En la señalización, br
istal brillante, tenían una vista nocturna perfe
te se acercó a él y le preguntó respetuosamente: "Sr. B
implemente asinti
ecía tan sorprendido, Bruce le sonrió y le dijo: "Este r
nces, ¿cómo es que él tomó la decisión por ella? Dicho esto, no era sorprendente
el video, pero las palabras que había preparado antes quedaron atrapad
todos los platos fuero
Deberías comer primero. Adelante." Al decir eso, agarró un vaso de jugo de naranja
mesa, preguntó: "Sr. Bruce, ¿hay otro
somos noso
demasiado? Por lo que parece, probablemente habían s
miraba y decía: "No sabía qué te gustaría comer, así que les pedí que prepararan sus mejores pl
on su mente preocupada por otras cosas, no había forma de que pudiera sentirse interesada en la deliciosa comida
ue el hombre le h
mal? ¿Por qué no estás comiendo? ¿No hay nada que quieras probar? Si ese es el caso, entonces no te preocupes. Hay muchos restaurantes en A
a trabajar más duro en la comida que tenían delan
ra, y para cuando terminaron, ya estaba oscuro
extremadamente ansiosa, Polly pensó que si no lo mencionaba esta vez,
de ... " '¿Puedes por favor eliminarlo?' Ella no lo dijo en voz alta porque esperaba que un
o en un tono tranquilizador: "No tiene que pre
o. Ignorando por completo a ella, Bruce sacó su teléfono celular. Sus delgados dedos parecía
ría decir. Era cierto que él le prometió que no publicaría el video en línea, pero ella nunca d
mental, pero sabía que estaba obligada
de decir? Acepté hacer lo que quisieras y cené contigo. ¿Por qu
taba contento o enojado. Mirándola fijamente con sus ojos pr
quedó sin palabras y que
sumió que solo estaba tirando de su pierna. Después de descubrir más sobre su verdad
ajo la luz del cigarrillo, parecía que le ardían los ojos de pasión. "Pero estoy dispuesto a hacerte una e
a. ¡Por favor, contáctate! " Polly lo interrumpi
del auto y se dirigió
ando su delicada y obstinada figura a través del
una mujer tranquila, por supues
hora que ella había entrado en su vida, no podía mantener la calm