Pasión ardiente: la esposa culpable del CEO
o y sonrisa suya llevaba un toque de seducción. Captivaba a los homb
mezclaba sin esfuerzo con los hombres, mo
recía muy há
un brindis por
permítame rell
le gustaría tom
rian fue bien reci
, otro cliente de Rogelio, rozó su ma
esbozó una sonrisa. "Señor Riley,
no con tacto, se dio
ba a Marian de cerca, su silencio
gera y grácil, su risa melodio
mpletamente fuera de las
ustada, pálida. La había visualizado siendo comp
La había subesti
con fuerza mientras lo
la atención de
ya", comentó
continuando, "Lo siento. No compartí una copa con
tido deslizante bajó, revelando un poco de su pecho. U
movió, un calor inex
la. ¡Fue él quien la obligó
s ella le entregaba el vino. "
Estoy decidida a no traicionar su confianza. Me a
entó, levantando una ceja ligeramen
afirmativamen
solo trago. Unas gotas resbalaron por sus l
ella. Su garganta ardía, sofocando sus sentid
a... se había vuelto bastan
fríamente. Esta mujer era
ermitiría que sus en
aso a un lado, su visión se nub
mir varias copas de manera consecutiva le p
o podía permit
tambaleó y perdió el equ
entado a su lado, extendió la mano para agarrar su cintura, comentand
rovocó risas en
ja y robusta, con una ap
a", respondió Marian. "So
atrapada por el agarre de Jayson, su insis
prisa? Quédate aquí. V
a entera de vino, sus ojo
"Lo siento, señor Aston. No puedo beb
u estómago, luchaba por co
un baño y aliviarse de su
edes beber más? ¡Qué decepción!" "Yo... necesito usar
beré con usted
ahora mismo! Hay tantos ojos so
volvió áspero, su d
r Aston, definitivamente beberé. Pero yo
ber conmigo debería ser un honor para ti!" Obligó la botella en su mano a la bo
ó, intentando e
escapar del agarre de un h
la y la balanceó, rompiéndol
la
do agudo
como golpeó la frente de Jayson,
ayson. "¿Te atreves a go
s de Marian era
zación la golpeó con claridad:
er a sus clientes, ¡y ella acaba
Chapman podría salvarse, su pr
ara golpearla en la cara. La amenazó
, la sensación de la brisa acariciando los f
mbarg
una voz fría intervino, "¿Cómo te
de Jayson se congeló en el aire, su confian
nte indisciplinada. Permítame darle una lección, p
linó en su silla y cuestionó, "¿Quieres
ncio, marcada por ja
joven... ¿era l
, Marian miró a Rogelio
entidad tan casualmente?
comiable llevar a su espos
ntables, mientras se dirigía a ella. "Cariño
asombro barrió
reses de la señora Bailey
ibujó en las comisuras d
do el arte de eludir
ajo hacia su abrazo. En un solo movimiento suave, se quitó la chaqueta de
itar que alguien visl
iera la oportunida
deó, "Yo... yo..." "¿Qué mano usa
era cortante, su m
yson vaciló bajo
on intensidad. "¿No puedes responder? Ent
Mi error. Estoy en falta. Por favor, perdóneme esta vez. Nunca
tarde", decl
s hombros de Marian y la
ellos, los gritos desesperados de
rotó en la espa
ería d
nificativa del vino con agua, pero aún había consumido algo. Sus
uencias podrían ser terribles. Un miedo insoportable