Enseñame A Vivir
lpear a alguien, pero su rostro y voz gruesa muchas veces demostraba lo contrario. Su cabello era de un negro azabache brillante, sus cejas un poco pobladas y ojos cafés cálidos que a la vez
las debido a aquel nerviosismo que siempre cargaba con el. Tal vez media un metro ochenta, y su peso era de sesenta kilogramos, bastan
jo consistÃa en casos simples, el último fue de un trabajador que se di
cierta forma tiernos. Su nariz era un poco ancha, no en demasÃa, pero adornaba muy buen su rostro. Sus labios gruesos y su
más adecuados para ser profesor. Aún estaba estudiando, tenÃa veinte años de edad y ayudaba a
le veÃa el lado bueno a las cosas y siempre era muy feliz. Muchas veces las personas se apro
curos y ser una persona más tranquila. Mientras tanto el querido Alexander acostumbraba a vestir col
o, pero se dice que los opuestos se atraen, y al parecer este fue uno de esos cas