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Abandonado en París, Renacido en Londres

Capítulo 2 

Palabras:1750    |    Actualizado en: 11/12/2025

sta de Char

n rectángulo negro y silencioso. Lo tomé, no por costumbre, sino por una vaga necesidad de ver la hora. Mi

ostraba apoyada en él, su cabeza en su hombro, la mano de él casualmente en su cintura. Una foto espontánea, aparentemente. O perfectamente montada. No importa. En otra, ch

odo era tan predecible, tan absolutamente agotador. La misma vieja historia, solo que con un filtro diferente. Arro

colegas; todo era limpio, con propósito, un marcado contraste con el desastre emocional que me esperaba en casa. Me sumergí en informes de

nsajería interna. Mi jefe, el señor Harrison. «C

ansiedad por el rendimiento. Pero esta vez, fue diferente

, Cha

nte a su gran escritorio de caoba. Pa

oficina de Londres. Sigu

promoción, ese traslado internacional, por Damián. Él había insistido. «La Ciudad de México es nuestro hogar, Charlotte. ¿Y qué

amente neutral-. Eso es... sorprendente

clinó, una leve sonrisa

n en un 30% solo en el segundo trimestre. Londres se dio cuenta. Están presionando más fuerte esta vez. La oferta si

sa, su mirad

. Por razones personales, si no recuer

lencio. Un nuevo comienzo. Un desafío. Una oportunidad de ser yo, sin cargas. El

te de lo que esperaba-. Nada me detiene

ison se dispararon, pero

aso. Pero profesionalmente, significa que eres libre de

uina finalmente abriéndose

nformativas y emocionantes llamadas con el equipo de Londres. Mi

a de mis amigas más cercanas del trabajo, asomándose a mi cubículo-. Una de

í, sintiendo una ligereza que

vanté la vista y mi corazón se hundió con un golpe sordo. Damián. Estaba allí, sosteniendo un ramo rid

uerte por toda la oficina. Pasó junto a la recepc

irada conmigo, un bril

jo el viento -mu

recorriendo a mis colegas,

raje

dió la

¿Rosas rojas? Qué... tradicional. ¿No sabe

, una risa silen

sado aroma de las r

ije, con la

ignoró

ablar, Charlot

o, su agarre sorpr

a llevar

n paso adelante-. Charlotte ya tiene planes.

fulminó co

te. Nos concierne

pero insi

mano. Simplemente estaba toman

sada-. Solo... iré con Damián. Vayan u

una pequeña, casi imperceptible sacudida de ca

m, una sonrisa triunfa

ara la cena. Incluso les invitaré a todos una

nquero por excelencia suaviza

s en el escri

tenlas

rando hacia el elevador. Mientras las puerta

erdad? -preguntó, con un to

estaba repasando una difíc

h. No, e

estaba presta

ban las rosas rojas -insistió

do en el pecho-. ¿Recuerdas? Te lo dije, como hace un año, cuan

palideció

lvidado. Lo siento, Char. Lo reco

rgia a las rosas rojas era solo una nota al pie en su narrativa egocéntrica. Lo había olvidado exactamente de la misma manera que había olvidado innumerables otros detalles sobre mí, sobre nosotros. Mis comidas favoritas, mis ambiciones profesionales, m

la voz plana. Las palabras era

auto frenand

ega

elegante jet privado brillando en la pista. Ningún r

la confusión rompiendo m

stro, algo poco común. Era una mirada que no había visto en año

Sin teléfonos, sin trabajo, sin Eva. Solo unos días en Pa

agarre cálido y fa

emasiado tarde. Pero lo estaba intentando. Casi mencioné las fotos que Eva había publicado de un viaje anterior semanas atrás, foto

, solo para nosotros. La revelación fue cruda. Había llevado a Eva a París, a Londres, a innumerables otros lugares exóticos. Pero a mí nunca. No h

harlotte, la Charlotte indiferente, simplemente vio una oportunidad. Una salida final y elegante. Esto no era un nuevo comienzo. Era un adiós con g

-pregunté, con

orgullo en sus ojos-. Hice que mi a

censo, tenía muchos días de vacaciones para quemar antes de empezar. Unos días en París, enton

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