Reinando en el infierno
abe qu
abe qu
abe qu
dí presta
a sea!, iría a la cárcel por esto. Debía correr lo más lejos que pudiera, estaba segura que mi madre no me protegería. De pronto sentí un gr
imposible entenderla y no es como si quisiera hacerlo. Pero era el único hombre que se había quedado con ella todo este tiempo, él algunas veces traía dinero que
n mirar atrás esta vez, a pesar de todos los gritos que escuché de ella que hicieron que varias lágrimas cayeran por mis mejillas.
e hasta una pequeña cafetería c
un momento pensé que los demás lo habían escuchado, pero no. Las tres personas que habían en el lugar en ningún momento levantaron la mirada, ni siquiera cuando al abrir la puerta sonaba la ca
ima mesa desocupada, es muy poco lo que se me ve, y es lo que necesito. Me dejo c
ado a a
años, no puedo
mamá ya
está buscan
vió y ahora me está
saber que detrás de este vidrio hay una persona que acaba de matar a alguien. ¿Por qué tuve que tener esta madre, esta vida? si la policía me atrapa me encerraran por matar a alguien que probablemente ha
ejó escapar un
frente a mí, no digo nada, no sé qué decir tampoco y ella lo nota ¿qué vas a ordenar
igo agachando la cabeza, rezando po
cuando ya pienso que me va a echar y
o para luego guiñarme un ojo, estoy a punto de decirle que no es necesario pero mi estómago vuelve a sonar mucho más
en voz baja, ella asiente
levantaré sin trasero, pero he dormido en situaciones peores, la clave es ser capaz de adaptarse a cualquier situa
n momento siento que todo está pasando en cámara lenta. Ellos se acercan al mostrador y le muestran una foto a l
e levante de forma tranquila y camine hacia el baño asustada, esperando que la señ
no me arrestaran, pero sabía que no me creerían, esa mujer debe haberles dicho muchas cosas malas para que ellos se dieran el tiempo de buscarme
a a m
a matado a
callada que ni el sonido de mi respiración se escuchaba y esperaba a que mi
el mostrador, pero no digo nada -¡sal de ahí y cuéntamelo todo! -te
o sé qué hacer, yo no debería est
a me saca de mis pen
cías aquí, ya se fueron
manos a mi cara para encontrarme con la humedad en mis mejillas. Estaba horrible, estaba herida, tenía heridas qu
la se llevó una mano a la boca asustada-Tranqu