Su promesa: los bebés de la mafia
/0/21606/coverbig.jpg?v=9a9047ff731f7cb41f9d0d1c66dcd976&imageMogr2/format/webp)
llevaba puesta. ¿Cómo es que todo esto h
o me importaba si tenía que hacer estriptis o probarme diferentes atuendos, nunca me importó. Todos tenemos diferentes formas de pagar nuestras deudasdo tu c*lo todo el día? -me preguntó E
. De hecho, era un apodo que me perseguía desde el jardín de infantes
de que era una bebé. Por desgracia, nunca conocí a mis padres y tuve pocas oportunidades en mi vida, así que, en mi adolescencia, me prometí a mí misma que sería una mujer exitosa. Mi meta era terminar la secundaria, la universidad y lueg
ado hoy, incluso Cristian -comentó mi amiga con voz cantarina
abía estado ocultándole. Sus hermosas y largas trenzas caían perfectamente sobre s
mbre que me había hecho gritar su nombre hacía tan solo dos meses. Nunca fui una chica de aventuras de una sola noche. S
las chicas
o su padre
que trabajábamos en el club no éramos para nada tontas y sabíamos exactamente qué tipo de negocios tenían, pero ninguna estaba lo suficientemente loca como para decirlo en voz alta y soltarlo así nada
tras y su opinión quedaba bastante clara. En realidad, todas sabíamos lo que pensaba sobre nosotras. El segundo hijo era Víctor, alguien que todos conocían.
blemente, eso se debía a su personalidad directa y seria. La diferencia entre Jorge y Cristian era que el primero tendía a aislarse mientras que al otro nadie se le acercaba por miedo. El hecho de que apenas pasaba tiempo aquí pese a ser el heredero lo hacía incluso más intimidante. Aunque to
llevaba bien. Todas las otras chicas eran groseras o demasiado malhumoradas como para interactuar conmigo. Solo velaban por sí mismas, así que veían a todas las demás com
-grité y jalé el b
ápiz labial hasta el último segundo. Después de que ambas saliéramos de los vestidores, nos
mi jefe, Víctor. Pasó por donde estaba Esperanza y dio unos pasos más para acercarse hacia mí hasta que estuvo justo al frente. Yo me
tarde? -lo escu
había sido mi día de suerte. Tanto Esperanza como yo habíamos
. -tartamudeé, intentando explicarlo,
denó y, al segundo, levanté
detalle de mi expresión. Él acercó una de sus manos hacia mi mejilla y le dio un suave pellizco antes de que una risita se escapara de su boca. No
ienso podría convertir el molestarte en mi nuevo pas
mejor amiga mientras yo sobaba
ado como un éxito, pero, para mí, que me gustaba quedarme en las sombras, eso era cualquier
l y su grupo pasen una buena noche para poder obtener su firma al final del día. La reunión se realizará en el salón privado y necesitaré que algunas de ustedes est
las otras chicas, tampoco me importaba ser elegida. Todo lo que quería era regresar a mi trabajo usual para seguir haciendo dinero
xtrañas, mi falta de habilidades sociales salía a flote. Lucas estaba consciente de eso. Teníam
n son Laura, Andrea, Alba, Esperanza -
ía a Lila al final e iría a la reunión
illa -dij
a de que Víctor y todas las demás me miraban
yo? -fa
ente en el mismo lugar. «¿Yo?». Pudo haber elegido a cualquier otra, pero había decidido arruinarme el día. No me interesaba hacer de mesera, menos pa
jar, pero confío en que cada una de ustedes hará un buen trabajo y no
erio, todavía seguía teniendo
osa, ardilla?
devolviéndole la pregunta. «¿Lo estaba?». Laura y Esp
? -le pregunté
ista sorprendentemente. Aun así, apenas si podía formular una oración frente a él. No q
cuida, Cristi
as salieron de su boca, solo un
qué