La Reina De Los Caídos
PO A
so, solía hacer a las sirvientas de su madre cometer errores así se enfadaban y presenciaba como Amon, portador de la ira, les brindaba una ira q
a su padre hablar en su oficina. -Temo que hub
eña tenía un espíritu aventurero por lo que, se le
ró de puro agobio. -¿Qué
sé que él detendrá esto
uella noche Emmeline se alistó en su dormitorio
rkus, que en esa época
dió. -Tú acuéstate en la ca
lice, asiente lleva
gura de Emmeline salió por la venta
tierra muerta, personas caídas, e incluso también
n dios, solo o
hubo un quejido de dolor que
o. Al hacerlo, observó al hombre que estaba tirado en el suelo. Estaba tan he
Ho
oz que emitió Emmeline. Poco después pudo contemplar co
rte y oscuridad, sintió que había muerto y un ángel venía a llevárs
no su
n pesadez, Emmeline se estaba qui
alvar
ca y pronunciar algo, pero
ecidas, si te curo
ilmente asinti
Emm
sus heridas, examin
re
*
ALME
rma de levantarse tan abruptamente por la noticia. Podía ser extraño que Lucifer haya perdido su reino, de hecho, sin su reino ahora sería un demonio m
que reaccionó, le se
ver como Emmeline tenía un espejo que en realidad era
, no pudo pegar un o
voz baja, al cual eran incomprensibles para oídos ajenos. Se mordía la uña mientras s
alcón abierto. Las velas aromáticas se apagaron y poco después un humo grisáce
. -Suspiró
deshizo el humo con el que llegó y lo volvió a
e tengo el talismán.
do. -Lucifer se está
puedo evitar pensar que hay muchos
nviado de vuelta al infierno. ¿Crees p
ero estar c
elin
nde estoy? Dantalian, tú me conoces, has visto que deje mi aventurera vi
rá de esclavo y él jamás podrá recuperar
que no obte
ivo. -No estas actuando con la
gamente? -Repi
Lucifer, siempre has
tó en los pies de su cama. Se
tengo antes de q
tantos siglos... No te sorprendas
-Me haces preocupar más, ¿Puedes lle
se sentó. -Contactarte últimamente es difícil, temo a
mano a su cabeza. -Será mejor que
s que reacc
maniático, si no hubiese perdido su reino no tendría qu
se encogió
su hijo favorito, quizá le quiere quitar su condena. Creo
s noches de desvelo y el estrés el día, so
visites a mi padre, Emmel
lo h
él no hará mucho. M
-Ah, Dioses. No quiero hablar
y pecador te recomendaré no cometer ningún error y ayudar a Lucifer. Pero lo má
ñecas nuevamente y tras eso, él se envolvió
ncio, mirando en dirección al balcón, dond
*
neces
o junto a uno de sus demonios. Reconoció a Belcebú, el supues
ucifer la reprendió con la mirada, mie
e de la nariz poco gusto
ese alguien normal Emmeline se hubiese enfadado e ido, per
rrorizado por la repentina visi
-No fue formal.
a capaz de hablarle c
r favor, póngame la correa, me al
comenzó
que la iron
sus cejas. -Debo tener cuidado, a
as ingeniosas de la dama que tenia al frente. Se pregun
antes, veng
cedió. -¿D
señará a Belcebú lo
ía detrás. Con una figura muy robusta y alta,
or Lucifer, sin seguir un margen de estética perfecta. Belcebú era un ángel original, pero tras pasar tanto tiempo en el infierno cierta moda se había impregnado en él,
e reojo su salón. -P
no. Tengo cosas que hacer
ó su lengua. -Aren, av
r, nadie más que noso
rá que vaya a su cas
tiene
e de...? ¿
s bestias. Solo p
l auto.. Emmeline mantuvo el rostro inexpresivo, pero por de
rque sino se pone insopor
seño
se giró h
cia prudente. ¡Sab
bestias corren en dirección a la puerta. Al instante se retorci
la salida y acto segui
vehículo, pero fue rodeado de llamas al
entras que Emmeline se sentó de copiloto. Al cerrar la puerta, él comenzó a conducir.
ntratarse
ara que conduzcan? -Se bu
errotado y en un reino ajeno, por su
ara contratar empleados, en
cifer abrió mucho los ojos tal como
bajar como
, pero la simple idea le causaba escalofríos para Lucifer. Alguien acostumbrado a tener a todos entre
o. Yo he trabajado
¿
rra a curar a las víctim
¿Acaso no soy el pr
ine s
rle el corazón
sonrió m
personas queriendo entrar, los ladrones merodeando como cuervos hambrientos, la pobreza manifestándose en vagabundos pidiendo limosnas, bellas damas pres
a, curiosos. Lucifer bajó tranquilamente y le lanzó las llaves en el aire al aparcacoc
había dado la vuelta, le extendió su brazo caballerosamente para que los entrelazaran. El empleado les
sintió la presión social que tanto esquivaba. Lucifer, encantado por
o h
ignoró para seguir caminando. Emmeline alzó el mentón manteniendo su rostro de poquer
losamente, pero al menos no eran tantas como la entrada.
ecibieron la noticia que Lucifer había llegado. Cuando la puerta tan alta que casi alcanzaba el techo se abrió Lucifer entr
gran estatus y poder, tan limpio, prolijo, perfecto y poderoso, sino que la bella mujer de exp
que ellos saliesen de la sorpres
e imaginaban la escena tan llamati
odillados frente a ella y la punzada de dolor se le instal
nven
y la desilusión fue notoria cua
Lo has prep
esto, Su
a perdido la vista en el suelo, visiblemente confundida, s
puntada, mientras que
convertía simplemente en habitaciones, donde una de ellas
rios donde debían estar colgados, simplemente habían sido desenganchado
ndida al cual rápidamente supo de que era. Suspirando se acercó a la m
ebú que tenía una amplia variedad de vendas, anal
s, se acercó y la prendió nuevamente. Esta vez la cubrió ligerament
su captura de pociones y objetos c
ecesita
nal! Es muy difícil de obtener, solo lo obtie
errumpió. -Se encuentr
ostro horrorizado de Belcebú. Se a
ua mientras que Emmeline se sentó en el di
Él se volvió a tensar por el roce y maldijo por lo bajo. A su contraria, e
pudriendo. -Comentó. -Y
raste, no duele
entó al lado de Emmeline y obser
heridas, así se evitan in
de Su Majestad
si tratas la heri
r piel ya limpia, mojó la venda en agua y
¡Bel
da cuando el grito de Lucife
delicado. -Em
a luego estamparla contra la herida, intentando ser lo más
s s
ernícola no podía comportarse como
ado, n
o del
ntos más
si es
lento, n
lo
blanco, irritado por la
do, le abrirás
alofrío recorrer dolorosamente por su espina dorsal.
Un ne
aquí, Belce
ad, usted me dij
Fu
enda en el agua y luego la levantó. Lucifer relajó sus múscu
dré que seguir
gloria. -Murmur
aci
í cierta
ó la venda roja de
personas, pero cuando entramos juntos fue
ado
mis demonios se arrodillaron.
zona donde le he cocido está impecable
ie
arició la cabeza, las bestias eran increíblemente aterradoras y se veía la furia en sus o
tó el talismán que usaba de collar en
guido, pero son encantado
más en el
creaciones son algo monstruosas. Además, la sangre de estas bes
cio, pero se sintió c
con tanta naturalidad. -Confesó en un susurro.
inmo
o desde que t
cuando dejó de ser acariciado se dirigió hacia su dueña para colocar su cabeza e
elin
viera. Él, aún dándole la espalda, gir
ito tu
que Emmeline actuaba ciegamen
é oc
Me cuesta averiguarlo si no tengo poder, p
ó a envolverlo. -Quiero decir, ha vivido siglos en paz creyendo que su condena e
Cuando caí del cielo tenía claro que mi condena era el infierno y me aferré
comprendía y quería ayudarlo, sintió
porque fu
N
e p
as cómo era
ias que luchaban entre ellos y se morían para ser quien más reciban caricias. Emmeline estiró la mano
mo de alegría y travesura. Si aparecía algo roto o
ifer se batió lig
urrido a la al
pongo que los años
iosa de no estar escuchando algo, tanto un comentario sarcástico como una propuesta de su parte, y
os necesitaban del silencio que mutuamente s
ndo perdí mi trono todos me dieron la espalda, incluso Lilith que fue una de mis mayores ayudantes.
siete
o lo que estaba por suceder, cuando fui a sacarlos entonces fue que
sonido y dejó de ac
demonios querrán atacarte, ya
el talismá
s en blanco, aunque é
ambiente suave y confidencial. -¿Qué me suc
y se dirigió
cómodo conmi
brochado la camisa, leva
sentiría có
ó la c
s contactar
edi
cosas... Él maneja la línea temporal, no hace viajes por e
alzó u
n ahora m
. «¡Ni siquiera tendría que decír
hacia su abrigo. -No lo veo tan pro
nde cayó el ta
silenciosamente por
erto, pero Dantalian insin
zaba a correr c
rios objetos de los c
Vaticano bie
piernas, con
cierra la pu
ces al de
aste que t
o no
a recuerdas
raje para humillarlo constantemente, y ell
entro al Vaticano sin que
asar por un f
Qu
lado creerán que estoy guiando a
sistirle a Dantalian hast
l talismán harí
cano? ¿Fingir alabar a mi pad
tu idea,
s al d
bien el idioma. «Ir» es
Me acom
No iré a u
se acerc
bandonarte co
oltara el aire riéndose, esti
os transportaba donde su mente deseaba. Él era inmune al fuego, sin embargo, Emmeline era una mundana por lo que d
ida por él la reconfortó. En su interior, gritaba por estar siendo abra
edor. Había un enorme y espacioso desierto, donde la arena era
ubriéndose la vista del sol co
taron sobre su cuerpo a recibirl
patos, te hará
meline bajo sus manos a sus zapatos y se los sacó
ahor
que resistía el cuerpo de Emmeline. El fuego del portal no
mune al
l sol estaba radiante, había montañas de arena a su al
. En ese entonces no era u
ró el cielo
una torment
runció sus cejas. El cielo estaba despejado.
dor, donde las bestias que antes corría
zaban a teñirse de color negro opaco y también se i
ue vendría una lluvia? -
ne le importa
piga! -Gritó nuevame
o no se puede hacer bajo ll
tias! -Le gritó c
» pensó cuando vio la figura de Emmel