El Regreso de Mi Esposa
ingún derecho de decir eso! ¡Vete! ¡No quiero vol
z y la manera tímida en la que apartaste tu mirada inmediatamente, ¡no m
or le era tan familiar, tan tentador. Pero, ella simplemente optó por pasar a su lado
quédate ahí en silencio", ordenó el hombre. Ella antes solía ser demasi
más les intrigaba: "¿Ocultaste tu identidad a propósito? ¿Qué suced
z de evitar hablar con total desprecio. "Yo, Lola Ming, ahora lo tengo todo: popularidad, estatus, ¡y lo gané con mi p
mitir que eres realment
os labios, y dijo: "Louisa abandonó esta ciudad sin esperanzas, y con el corazón hecho trizas. Y la p
amor que siempre había
os se fueron con la chi
elebridad que era, tenía un fu
as palabras. Así que sin pensarlo, tomó las manos de la chica y
trizas? Esas son mentiras. Si tu corazón está realmente destrozado, ¿por qué volviste a esta ciudad? ¿Olvidaste las palabras que t
go, él era mucho más fuerte que ella, por lo que lo único que logró hacer al
es simple, ¡no te metas en mi camino! Yo solo regresé por mi carrera. ¡No lo hice porque quisiera verte a ti! Han pasado dos
ojos penetrantes había determinación. Ella lucía maravillosa. No
Louisa que él había
lidad, sí
taba simplemente
vantando las cejas con orgullo, dijo con ironía: "¿
na manera. "Escucha. Aun cuando estemos en la misma ciudad, finge que somos un par de desconocidos, y olvida todo lo que sucedió en e
mirándola fijamente a los ojos, acercando un poco sus
respiración se volvía irregular. Debido a la cercanía, se
nerviosa?", preguntó
sos hacían que sus palabras no sonaran tan sinceras. Los labios de ella...
se a sí mismo, Jacob se fue acercando
e. Su cabeza estaba hecha un desastre, y tan solo sentía como si
l tiempo se h
hacía daba la impresión de que
los de ella, hasta que lo sintió deten
r estado tan cerc
lo largas y elegantes que eran sus pestañas, también notó lo regordeta y clara que era su piel. Estaba seguro de que si
lo atractiva que es
dientes. La manera en la que habló hizo que Lola abr
a punto de decir algo, vio que el rostro contrario s
ntentó soltarse y resistirse al beso. Pero el hombre, de manera dominante, tomó las manos de esta, colo
brazos. Y usó toda su fuerza para poder alejarl
ientras cuestionaba: "¿Qué demonios crees
izado, pues, en eso ella tenía razó
¡te odio! ¡Te odio con todo
no eras tú quien siempre quiso que pasara algo entre nosotros? ¿A qué se debe tu
s y, entonces, comenzó a sentirse mal. "No", comenzó a murmurar ella, con el rostro p
ejó atónito, por lo que se quedó
podía palpar
n sonido en la puerta.
y te lo di. ¡Así que no tienes ningún derecho para tocarme! Por favor, ignórame en el futuro
ó por su lado soportando el horr
intenciones de adentrarse a la habitación, por lo que cerró la puerta antes de que pusie
qué no vamos y te los pones la habitación
río y sin expresiones. Luego, se los puso como si no estuviera