La mujer del pirata
pitán, un joven delgado, lampiño, con una hermosa cabellera
tan blanca como la nieve. Era alto y sus facciones parecían m
olas y el cuchillo envainado de su ancho cinturón resultaban imp
lero os desarme tan rápidamente. Sólo
rata en tono de rep
ho a negociar, sino porque se crea tan li
tras razones, os doy l
esperando
era lo d
tó el c
n Robert
is i
unque los tiempos de los piratas con patente de corso habían quedado
glés, os l
ues las historias que se contaban de él ponían los pelos de punta. Logan no se esperaba que pareciera tan joven. Claro que los piratas rara vez sobrevivían muchos añ
con cierta elocuencia si quería que sus hombres no muriera
oner énfasis en el título, pues, si equivaliera a grandes tierras o riquezas, no me h
, cont
Robert
erramar una sola gota de sangre, excepto la mía, o arriesgaros a perder el tesoro e
vencéis v
rt el Rojo con
, nos mar
opesar sus palabras con g
estáis d
éis m
capitán y su aparente juventud, que contrastaban extrañam
oficio par
rt el Rojo tr
mi juventud, lord Haggerty
rata (no mucho mayor, pero sí más fuerte y corpulento) l
sea un truc
o y gris, un gran pendiente de oro y un puñal en la c
lo
ogan con
uida,
dirigiéndose al hombr
hay
vió haci
s, no os marcharéis libremente. A fin de cuentas, milo
onía a hablar, Robert
bremente con la mitad del tesoro. Pero vos permaneceréis con no
cho. Mi título s
travesía que habé
y atlético, de modo que sin duda también sería rápido. Ágil. Un enemigo mortal. Aunque era mucho más ancho de hombros y tenía los brazos bien fuertes, Logan también era ágil. Había practicado con algunos de los mejores espadachines que podían conseguirse por dinero, dado que hací
, si pierdo, os quedéis con el tesoro pero deis a mis ho
ros. El hombre alto y de cabello n
N
irada tan fiera de desagrado que el homb
nda
l Rojo en tono
Era extraño, tratándose de alguien que tenía que gritar órdenes cont
, R
ro a pesar de su pronta respuesta era e
ec
Robert
s un di
e en voz baja
dejarán marchar. No querrán perde
dispara
l tesoro. ¿Un disparate? Sí, de principio a fin, pero aquélla era su oportu
creo que ese pirata
señor capitán,
obert el
remos
. Y algunas protestas en la de Logan. Robert e
hasta la pri
con asp
estreza de Lo
e callara. No estaban en situac
buen rescate, o unos mú
ert el Rojo t
bi
de sus co
zamos
avío. Solo entre rufianes y filibusteros, se mantuvo firme. Miró al pir
gustéis,
jad la
de que no alzó la voz, su ord
mom
Dougall era un buen amigo y un hombre leal, pensó Logan. Habían corrido juntos muchas aventuras. Al parecer, Jamie no quer
gustéis,
, cuando g
su oponente. Ninguno de los dos parecía preocupado en lo más mínimo. Logan vio una sonrisa en los labios del pirata. De cerca, comprobó que el capitán era