Rindiéndome ante el Señor Rojas
do arrestados; la luz de una linterna pasó cerca de mi rostro, así que la persona que aún continuaba tapándome la boca, me presionó más cont
a asu
arme, pero no podía; mis manos estaban inmóvi
eron alejando, dejándome en un
que s
posibles respuestas a esa p
lada y luego
violada y
dos ant
-me preguntó mi captor al
nía reprimido en los pulm
s haciendo
ejón no me dejaba ver más que una eno
ita. ¿Crees que este es un
n quien es solo
í de exasperación. Quería golpearlo, sin importar que fuese e
d debería de no imp
-gruñó, tomándome por el c
camente, negán
aquí, ellos volverán -espetó, jal
ebería de i
omento? -Habló, abriendo sus brazos con not
té a contestar mi
empre así
-dije encogiénd
abios cuando estuvimos directamente bajo una farola. Sacudió
aban en ellos, incluso ya comenzaba a cojear, deseando poder ponerme los zapatos nuevamente, pero al parecer alguien tenía prisa,
garán pronto -arguyó, v
? -Pregunté, fr
o en muchos más p
rápido hacia mí y sin siquiera preguntarme se agachó, para después tomarm
le pasa? -Me quejé, t
er regrese de entre los muertos a buscarnos -se l
e acaba de conocer de esa manera -me burlé, apoyan
s rodar los ojos frente a tus hermanos, o también que detestas los vestidos y te despreocupa lo que opine el resto de la gente sob
con la cabeza aunque
as repetir
que sabes
irte, si no conociera es
se salieron de sus órbitas. ¿En serio había
ciel
como si estuviese a punto de vomitar, pero luego se sintió como algo agradable;
s míos cuando retrocedió hacia la puerta. Las esquinas de su boca se levantaron en una sonrisa mientras n
oblemas -arguyó, antes de retirarse y cestro quemar de la vergüenza y no quería que notara mi sonrojo. Arrancó el auto y comenzó a conduci
a normal que ese mismo chico me confesara que quería seducirme, como si fuera lo más natura
ar mi cabeza de la ventan
escuché
ía de medio lado, mientras me o
ener tu mirada en
in inmutarse. -No me e
cías
que cuál es
abeza, viendo
un asesino en serie que busca
su mano para encender la radio-. Pero está bien
o que
, viendo hacia la
utos, hasta que llegamos al cr
ha -murmuré-. Es
una sola palabra y después se det
r más tiempo con la cabeza sumergida, o quien llegaba al otro lado en menor tiempo. Por mucho tiempo perdí contra Albert, h
reí, antes de abrir la puerta
r -casi grité cuando h
stás ha
u casa -respondió,
os están ahí -agarré su brazo, im
claro que ello
son
irme hasta que estés den
terminando de llegar hast
reguntó, viendo hacia los colu
egué con l
fuerte le divertía. Incluso Alex había ganado una vez, logró hacerlo tan fuerte, que sufrió doble quebradura en un brazo cuando aterri
s momentos que nunca cambiaría
sté-. Eran
undo después por Theo, quien me envolvió en sus b
i rostro entre sus manos, buscando algún
en, Mason
ason y extendió
stoy en deu
fue
llan y Albert hablar en sus celulares con desesperación, fruncí el ce
ulla después de que se devolvió a buscarte
da! ¿Y
estro padre cuando se dé cuenta que estábamos apo
padre cuando llegara a casa y no encontrara a Alex. Esto iba a ponerse f
fija en la pantalla de su teléfono mientras marcaba con gran velocidad-. Tengo un
l igual que lo hacía Theo. ¿En
tros a la redonda que quisiera ayudarnos. Mis hermanos se habían ganado la reputación de peleoneros co
conocido ahora
iendo porque quiere follarte -me susurró
! -se
la boca,
entro. Allan ya se había da
jaba por las gradas del pórtico para hablar por teléfono con mayor libert
ciendo con ese
dar a tu hermano, tarado -contes
jo del mal por nosotros? ¡No se me
biese un chico capaz de enfrentarse a él, pues tenía una gran facilidad al asustar a todo aquel que tratara de enfren
ñé. El pelinegro cruzó los brazos a la altura de su pecho y refunfuñó palabras completamente inent
ico de dos en dos y se detuvo frente a
imos segundos me encontraba hundida nuevamente en ese par de piedras volcánicas que tenía por ojo
erte por eso -gruñó Allan, in
espiración, al solo ver la e
tan tus grac
a poder verlo bajo
as -su
que necesitaba -me gui
te atreves a volver a acercarte a mi
ír descontroladamente, mientras las manos de Allan se apretaban en puños a sus costados. Entrelacé mi braz
y gay,
n se encogió de hombr
uales, hermano -Albert se aclaró la garganta detrás de mí-
rubiecito" -aclaró, mie
cito, hasta creo que te
e no le gustaban las peleas, simplemente se giró y desapareció dentro de la ca
e pudieran llevarse bien en algún momento; pero a
ayuda -volví a decirle, tratando de hacer
ajas m
con la
en sus mejillas se hundieran. Traté de no corresponder a su sonrisa, pero mis pobres i
por parte de Allan se había visto interrump
ena que resonó con fuerza en mis oídos. La patrulla se estacionó frent
n venido po
ert, quien sonrió y comenzó a trotar hacia nosotros. Me fue inevitable no
gruñó mi hermano mayor, besando mi cabeza una y otra
a que era lo que pasaba por la cabeza de ese chico. ¡Dios
que estés aqu
lase, hermanita -me pelli
ormado, ambos se echaron a reír mientras chocaban sus puños.
ncontremos en un lugar como ese, los encerraré a tod
n con los míos, mientras una tr
r de verme, antes de girarse y volver
l ceño o
jos se refe