El mundo de Lía
ese vestido, te queda como una pri
acular –afirmo Lía mirándose al espejo y sosten
cto para el gran día, iré a donde está l
cabeza y sonreí, Maya sali
esto lo que estaba aún ocurriendo en este preciso momento, automáticamente admiraba a la persona que estaba parada al fr
n no llevo el ve
ó a recorrer largos recuerdos tormentos y al mismo tiempo infe
e encontraba en plena desesperación sentada en plena calle sosteniendo
a esperanza de que alguien pasara y las encontrara, fuerzas para llamar y ped
a mi hermana un segundo a mi lado y al otro dejándome su última sonrisa con una lágrima cayendo sobre su meji
s escenas horribles que desde mucho tiempo trato de olvidar y acomode mi postura recta, volví a sostener mi ramo de flores mirando f
que me ayudaba a encontrar un vestido perfecto de novia. -Muy bien señorita, ¿es
gura que a mi prometi
n tono sarcástico mientras miraba su celular senta
por así es ilegal. Además, harás que me quede sin e
a caja para el vestido-hablo la muchacha
cepte sin quitar m
celular muy concentrada, fruncí el ceño y gire para verla cara a cara- ¡oye! Tu hermana está aqu
a de mano, cruzo la piernas y me miro-Lo si
eca con mis ojos. -Solo mira, ¿no es hermo
rlona -¿Oye de que te r
imaginó que algún día te casarías, y créeme yo fui una de esas personas-siguió burlán
arme, minutos después le pedí ayuda a Maya para cambiarme. -Bueno ayúdame a quitarme e
qué? -Se quejó Maya mient
era y ayuda ¿
vestirme y luego la señorita que me estaba atendiendo nos dirigió hasta la caja para pagar el ves
¿Por qué tengo que hacer esto? Yo n
, quite la alarma y entramos -Deja de quejarte.
mientras íbamos en la carretera nos dio hambre as
opa de vino ligero y Maya pidió un jugo de naranja, después de unos minut
a lo atendió enseguida y al leer dio una ligera son
lular, ¿sucede algo? –decidí preguntarle a Maya pero sin expresar algún tipo de interés, miraba mi plato mientras cortaba un trozo d
a semana