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El secreto de su voz

Capítulo 5 Cap|3.

Palabras:3059    |    Actualizado en: 20/08/2021

las noches y esperaba a que ellas salieran del baño y se vistieran en

llas para mí, fue

iste, ¿verdad?... Solo le tomabas fot

ara y cerré los ojos de la i

que hacía. Aunque mis compañeros lo disfrutab

elaba, y al día siguiente se las l

algún día m

podías hacerlo, Sebastián?››, la simple id

o pedía que esa pesadilla acabara. Estaba destr

odo el día. Al fin te encontré en la cabaña, te dije que t

lo hiciera de favor. Le pregunte el por qué y me dijo que era solo un juego, de c

ía siguiente busqué en todas las fotos y no te encon

arme, miré mi cama y caí en ella sin protestar. Al

r abrazarte de ese modo. Un

ágina fue enviada a todos en la secundaria, pero eran dos chicas por día. Ahí f

a cual veía chicas llo

caron de la secundaria, algunas tuvieron problemas p

mi vida. En donde destrocé

a ser vista por los pr

itado tanto dolor! ¡Tenías el poder pa

me criticaban en ese momento me daban lástima, ver cómo sus vidas estaban dependiendo de

o ser capaz

e tú es-tuvieras bien. Nunca entendiste por qué todas las

é las l

stado atención, esa e

un poco el

engas a saber. Nita yo no era e

en la lista... y la chica q

ndaria durante años... pero,

uedé

te preguntaba si sabías quién era la

e recibía constantemente. ‹‹Tú ocultaste eso para

momento. Pero aun así te dije

luego

a de calmar todo eso que sentía. Mi cuerpo estaba temblando y las lágrimas no cesaban. Dolía,

n unas

as seis de la tarde. El cielo estaba oscureciendo y me dirigí hacia el auto. Introduje la llave y esa vez sí encendió.

pregunta rondaba en mi cabeza, algo

a, luego iría a casa. Mi tel

celular en la oreja izquierda y lo aguanté

á hecha un desastre y hay sangre

angre en el piso fue que ayer me corté la mano -dije sin más nada que ag

cía mucho tiempo no escuchaba

stoy manejando. No me esperes despierta. -Me importó muy

lie F

gregar, simplement

a mi madre discutir. Encendí la radio del auto y sonaba mi canción favorita

.

special. Yo me reí de lo loco que se puso ese día. Comenzó a cantarme esa canción y me entregó una rosa de papel que ha

.

mo Sebastián comenzaba a confesarme cosas (y yo creyendo que era perfecto), en c

er el pueblo completo y sentirme un poco mejor des

is brazos alrededor del volante y asenté mi cabeza en él. Sent

yos eres, Se

el vo

Ese era el único lugar donde me sentía bien. ¿Por qué nadie me dijo que

confundida. Encendí el auto y r

s. Las luces de las habitaciones se encontraban encendidas y el silencio se hacía presente. Antes de llegar me

de la mía, después sus padres decidieron

na. Pasé y mamá se encontraba en la sala, sentada con la laptop en las piernas. Volteó hacia la puerta y me vio. Intentó hablarme, yo desvié

.

arma

año, me desvestí y entré a la ducha. El agua estaba muy fría y dejaba que cayera sobre mi rostro. Cerré mis ojos. Las palabras de Sebastián pasaban por mi mente una y otra vez.

n jean, una camiseta cómoda y un suéter. Estábamos en época de frío

, lo introduje en uno de mis bolsillos

ncipal leyendo el periódico y mamá estaba tomándose una taza de café. Agarré una

sayuno -expresó papá. Bajó el p

iones a mis padres sobre lo que hacía, ¿por qué debía iniciar en ese mom

y olvidar lo que sucedió durante el fin de semana. La escuela solo quedaba a unas calles de mi casa y nunca había tomado el aut

no había anomalías y aún más desde que Sebast

Me encantaría poder secar tus lágrimas como antes, pero no pued

Seba

olver a ver mi morral miré a Tatiana Martin besándose con el novio de Lisa, su mejor amiga. Ella abrió los ojos y me vio, le pidió a él que parara. Pero él no quería, la volvió a abrazar y a besar,

Martin con Andrés Cruz y me pregun

a la e

a puerta y cuando yo pasé, me m

estar acostum

í a mi c

de lo que ya era. Me planté frente a mi casillero res-piré profundo y comencé a colocar la clave. Volteé a ver la entrada al pasillo, después de unos segundo

s callada-advirtió mirán

gresé la mirada hacia mi casillero y lo abrí. De él cayó un pequeño

guel López no f

. No sabía qué era todo eso. ¿Acaso era un juego estúpido? El

la en el tercer asiento. Miré a los demás con sus mejores sonrisas fingidas, Lisa me miró unos segundos y luego soltó una carcajada sin sentido. Agaché la mi

la esperanza de que Sebast

rta con un papel en las mano

en?-preguntó el profesor

omía y me dijeron que comenzaría

asiento vacío, al lado de la señorita F

ó. Era un joven apuesto, con ojos color miel y una sonrisa algo tímida. No se presentó al resto del grupo. Sim

lases de contabilidad. También tenía que mirarlo en mi último año, con economía avanzada; durante la clase no entendí ni la primera palabra que decía el profesor, solo sé que hablaba d

er mi cuaderno, para ser la última en salir y no tener que soportar

us apuntes de la materia -inform

re-. En mi hoja dice que tú eres la mejor en la cla

o, si supiera que hace mucho que no prestaba tanta atención a esa clase

at Miller -se presentó mien

ero sabes Miller, en todo lo referente a las clases te ayudaré, sin embargo, no estoy de buenos ánimos para dart

ado por un momento me hizo odiarlo, tal vez porque había ocupado el puesto de Sebastián o p

viajara hasta lo que decía el so

? Si todos leímos el informe del periódico, los avisos de la policía y la

lular. Otr

mejor aún, ¿por accidente cayó de un precipicio de cientos

Calle 6, mi nueva,

ba del todo clara. Había cabos sueltos e incoherencias. Tendría que haber estado borracho o

No, seguramente era una broma, como a la que acostumbraba Sebastiá

la secundaria de Belisa

en respuestas exactas y más clara

ré el celular y lo m

eden ser esas

edor, había muc

ía ir de alumno en alumno y preguntar››. Negué c

la mano en mi bolsillo s

sonas están metidas en

. Lindo su

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