El hilo rojo
ce en mucho tiempo. Estaba en el cementerio despidiéndome de mi madre, mirando aquella foto q
nÃa a visitar a mi madre y cambiarle la flores – Vine a despedirme, me iré por un tiempo aún no sé cuánto
rtas de tÃo Milán y por qué no volvió a casa esos años. Durante estos años no deja de escribir. Lamentablemente mi tÃo era un soldado que cumplÃa misiones secretas, asà que durante este tiempo decid
para mÃ. Comencé a llamar para subirse en el avión, mi vuelo era a Estados Unidos; ahà es donde me estaba esperando mi tÃo Milán. D
retirado por lo que tenÃa una buena casa en un lugar tranquilo. Lo
.
¿¡Porque me pasa esto a mÃ!? El doctor habÃa venido hace media hora a felicitarme por tener dos semanas de embarazo. Mi tÃo me miro con decepcionado de mÃ
adre del niño!? – pregunto mie
lo sie
ia que sentÃa en su ser era poco para lo que yo sentà en aquel momento, humillada, sucia, me despreciaba a mà mism
que te violo y yo mismo lo matare. – el odio estaba en sus palabras.
, no puedo hacerlo. - negué decidida. –Lo tendré... no voy abortarlo no fue lo que me enseño
a, te ayudare con
es de volver a esa ciudad a vengarme de ellos. Lleve mis manos a mis barrigas, sonriendo por la pequeña vida que estaba creciendo en mi vientre; no me importaba quien ser
*
para estar sentado en el puesto de presidente, pero hay estaba con tan solo 25 años de edad; habÃa derrotado a su pad
o tierra. - deman
te pongas asÃ!? – le pregunte
r tiene cara descompuesta. Lleva dos semanas en este estado; el
o, solo encuentra y tráela ante mà –
na advertencia en mis ojos, asintió con pesadez. – Te a
por desgracia; mi madre que me miraba con estrés. Llevaba tres semanas sin verla, como toda ma
en sus manos. – el chico no tiene nada, debe comer más y beber
o sÃntomas!? –pregunt
o, sonriendo por algo -
ó de pierna imponiendo su gran presencia,
didos. - cuando estaba embarazada de tu hermana, no sentÃa los sÃntomas, sino que tu padre pasaba durmien
silla sin decir ni una palabra; le di las gracias a mi madre prometiéndole que la visitarÃa el fin de semana. Al
nte con curiosidad, e
o antes posibles. - res
*
esa noche. Si no fuera llegas ese bastardo de Héctor la fuera matado, Dios aún tengo sus ojos en mi mente, el sabor de sus labios en los mÃos; el aroma que desprendÃa su piel, esa noche
que ocultaba su pasión. La noche fue mágica para mÃ, aunque me cueste aceptarlo sé que para ella no fue asÃ, el no encontrarla en la habitación que f
en maestro – mire al doctor
jar hijos!? – pregunte con i
usted no puedo tener hijo –
ital donde se encontraba la madre de mi asistente personal, hic
a de lo común... ¿¡En que puedo ayudar
ahora con esta situación pongo en duda la profesionalidad de mi doctor. – la
xámenes. – respondió mira
i su hijo, señora Gómez – enfatice las do
si se hace ahora en dos dÃas
emos co
*
comentario de los invitados de esa noche que no era para nada bueno, no dudaba de la palabra de mi jefe, pero algo está mal aquÃ. ¿¡
pensar cosas que no me incumbÃa de mi jefe y me puse a trabajar. Mire la lista de invitados solo eran pocas personas, pero habÃa una persona que no estaba en la lista Héctor Marlon era un
travesó de la lÃnea de telefonÃa. – le haremos una pequeñ
que ser revisado por el presidente a primera hora de la mañana siguiente. El reloj marcaba las 4 de la tarde, cuando
cuentra en este momento le gustarÃa dejarle un m
on él, soy su novia deberÃa estar hablando con él y no con
sa mujer asà que no me moleste. Se tendrá que conformar con su secretario personal – cort
cidente que sufrió el Jefe comenzó una relación con esa arpÃa de quinta. La
– pregunto mi jefe desde
ándolo para llevarlo a una bodega fuera de la ciudad... tengo planeado hacerle un pequeño interrogatorio.
los papeles con una expresión vaga. - estaré presente en la pequeña interrogación
la med
e qué hacer con mi adición; peor si fuera droga, pero no es solo café, una mujer de aproximadamente de 35 años entraba po
trae por nuestras oficinas - me for
entra el
mportante en estos momentos, si gusta puede esperar. – hiz
pada para los berrinches de la madre y de la hija ambas son una arpÃa de q
*
situaciones drásticas; mediada drástica. Mi hombre habÃa traÃdo a Héctor Marlon, lo habÃa amarrado a una silla sin ropa; era
e a mi casa!? –
. – AHH – uno de mis hombres lo golpeo en la piern
me mostraba el odio qu
cto. – Respondió con una sonrisa asquerosa – ya
a de la habitación!? – l
bre son la regla compras y listo... pagas y disfruta del producto, pero me estafaron di
ca que estuvieron en mi casa – mire a mi secretario. –
ntileza. Se podÃa escuchar lo grito de Héctor desde mi auto, mire el cielo estaba llenos de estr
*
ños des
io con que me dispuse a destruir a mis enemigos. Mire a mi tÃo que es
que ahora estaba creciendo. Me dirigà al que serÃa el lugar donde se harÃa la entrevista. Una vez dentro del estudio, me encontré con Sara la entrevi
acompañante del dÃa de hoy. – me dirigió una mirada. – Celeste
nvitarme a tu grandioso progr
tu vida de crear una empresa que nos b
sidades de Francia, Paris en administración empresarial. Hoy estoy en
sarias que ha revolucionado el mundo de los negocia en
r muchos existes en este mundo, pero mis secretos, es superarme cada dÃa.
noce como la Princesa de los negocios. Se di
er ver hasta dónde estamos dispuestos llegar por obtener resultado
háblanos
ue lo adoro, mi madre murió cuando era chica, de mi padre solo sé que sigue vivo.
*
sa encantadora, ¿¡Me está jodiendo, chica!? Estaba en la junta de inversionista con mi Jefe de cara de no tener gana de verle pendejadas con que sala
a su despacho. – Tres años, aparece como una de las empresarias más dedic
ocida de la ciudad. Tres años se fue a Estados Unidos; vive en compañÃa de su tÃo, ex so
nversión en tela. – su
secretaria en este momento..
información de l