Mi vida como la esposa del duque
nte se sintió sumamente solitaria, así que le había pedido al mayordomo que la dejar
ado e hizo ojitos de cordero deg
o insistir él h
que la diseñadora que había solicitado
dales, le había estado enseñando cómo debía saludar a los nobles según su rango, como ahora ell
mansión para su cita con la diseñadora, ella le estaba esperando en un
a vez que compraría ropa nueva para ella, como su padre estaba
se quedó con la boca abierta al ver todos los hermo
te la diseñadora
.. Soy
y sorprendida, pero rápidamente reaccionó y ambas
erla. Soy la diseña
su ayudan
sus esfuerzos por pode
duquesa, para mi es un honor
esa pero me dejaría tom
lar
mar las medidas, las cuales apuntó en u
traído y sin duda alguna eran algo con lo que antes solo había podido s
la primavera, todos están bordados con hilo de o
rmosos pero demasiado extravag
osos, pero este esti
ía quedado muy sorprendida, así que le explicó
grandes y hermosos volantes, las gemas excesivas en las ropas para mi es a
no investigué lo suficie
, es mi prefer
vos diseños en los que estoy
os colores y con bellos bordados, sin embargo no era muy común que una noble usará pantalones en vez
os y fuera de lo común, me gus
que le gus
más rápido que pueda p
cería mucho Ma
ra todas sus pertenencias se marchó
an gustado los vestidos voluminoso y apretados que solían usar las nobles, por eso cuando vivía con
itado, había enviado varios conjuntos de ropa la cual er
por poco y se desmaya de la impresión y le había obligado a comprar un
a los empleados, al principio ellos se mostraban un tanto incómodos pero poco
cómoda viviendo en la mansión, e incluso se acostumbró a la
habían intentado acercarse a Olivia aprovechando la ausencia del duque pero no tuvieron suerte en ello, ya que cada que ven
eara recibirles, así que se sentía agrad
bían pasado unos cuantos meses desde que el duque se h
le expresó su preocupación al mayordomo, le dijo que no tenía de qué preocupa
empo de Olivia y podía hacer más cosas, así que le había insistido a Layner el chef
er a cocinar y pensó que esa sería
hacía, pero al final se había acostumbrado a las excentricidades
duque, pero una mañana un sirviente del palacio trajo una carta del duque i
el duque, el saber que estaba bien le alegraba pero eso signi