La Revolución de los Ojos Carmesí
ítu
do haber sido la mejor opción. Pero esto era breve, no significaría nada con lo comparado que se
, lo único que pudimos hacer fue ocultarnos debajo del escritorio para esperar cautelosamente, así, precipitábamos nuestros movimientos para evita
que loco tenía esos planes; destrucción y sacrificio para un bien común. Sí, eso fue lo que percibí en sus notas, usar lo prohibido como esperanza a las inquietudes
los ecosistemas y mejorar la calidad del aire o salvar a los osos polares del derretimiento de los polos; Y mucho menos, algunas aspiraciones para fomentar la paz y la igualdad en muchos países que se encuentran en conflictos sociales o guerras armadas. Nada de
ráctica de ética y conciencia, sino algo en
tu vida,
io que me pue
ropuso la salida d
a mi vida? ¡Ha! P
cesita como
que sea
é a mis fieles
grande que no dudaron ent
la solució
legamos
echarnos de l
so y promiscuo
cio de acuerdo a
da uno de sus án
versículo t
Padre que está en los cielos, que
é de est
a ninguno d
me los has enviad
o de salvar
vil y menti
pocos seremos
r, yo haré que nadie se
rás más injustic
ecías, tu
s lo que me
ciones que me envíes
la tiranía pero resistirán a t
quella vez, lo salvaras a
olo necesitaría
sería producid
todo est
todo
olvidar tu nombre
ósitos, cosas inexistentes ¿Desde cuándo el altísimo se comunica directamente con las personas? O mejor aún, ¿Quienes en su
en dará algo importante para otras. No es egoísmo, solo que es algo que no se toma a la ligera, per
mado o titulado como "mesías" fue puesto como líder, ¿Pero que lidera? ¿Qui
cuchó
vistazo-, al parecer
muy segu
diciéndome «estemos alertas» yo sabía que no estábamos solas; la presencia y la tensión eran
ntinuó- No soy solo una cara bonita, somos mujeres y les conozco, ser frágil para engañar -no
izás maldiciendo lo descuidada que fue. Aun
bre era muy poco, por lo que pude suponer que ella
como para engañarme
!» preocupó Daiana, co
úpi
na to
emáti
mi camiseta blanca. Podía ver la decepción de ella, y no es que me importe ni nada, solo que los veo a ellos
entos, incluso con los del pasado, pero es eso que no puedo olvidar, lo que soy yo. Ser algo frágil para engañar... Es algo distinto a fingir lo que otros quieren. Quien es el que me habla cada vez que no quiero
a llegó acompaña
ue perdía la movilidad en cada extremidad de mi cuerpo, la comezón en mi garganta d
*
nos de la forma más absurda del mundo. Si encuentran mi cadáver y a aquellos mal nacidos, espero que
el espectáculo. Hay el infierno... No sé si exista, ojalá que si y mi estancia sea eterna, lo suficiente para pagar
Muy frío. ¡Esp
per
toy muerta como quería. ¿En
eco masculino se extendió
azos estos no me respondieron. Manos y pies sujetos a una lámina plateada, que si tiraba más de ellos para moverlos me marcarían la piel. Me di cuenta que estaba atada por cada parte de mi cuerpo; podría decirse que exageradamente querían
ese gran tamaño de miradas enclavadas. Podía decirse que la visión no ayudaba mucho, todo alrededor era de matice
a llegaría, señorita Da
algo sospechoso, y sé que nada bu
Primera. Tarde o temprano llegarías... -cambio su tono
lgo confuso por ahora, pero no te preocupes, todo estará bien. Cuando vuelves a nacer es imposible recordar tu
antos metros a la izquierda del límite iluminado; este estaba sentado en un banco elegante con la pierna derecha encima de la otra, sus
como para ser figura pública. Sus ojos negros de gran profundidad, su muy bien peinado cabello y su piel blanca me indicaron que era extranjero, y su acento i
s que me maten con satisfacción, primeramente les daré dificultad. Las mejores defunciones son las más complicadas. Es inevitable estos pensamientos casi suicida
erto, pero te encuentras mu
naturalidad y no sé quién es. Tampoco tengo intenciones de sabe
ana
icultad. Mi mente está bien, aun así
ingía- ¡Ah! -"recordó"-Tú hablas de Segunda.
En paz?! -levanté
e -No te alteres, Primera. No hablo en metáforas, así lo q
ue le dio gr
cioso? -pregu
esta de las cinco -sonreí-. No sé porque no nos mataron en ese momento, iba a hacer un asesinato más sencillo y limpio, ahora he visto su rostro al igual que el de sus cómpli
es lo que quiero, ni necesito -replicó-. Ustedes deben estar vivas, es su destino estarlo y mantene
dije
oso en estas épocas -se desplazó sonriente a
uno con cuidado, como si tuviera que elegir con precaución cada uno de sus utensilios para usarlos adecuadamente. Por fin, después de unos segundos se decidió por tomar una de las cruces de hieonal, me atemoriza. Su simple y dominante cercanía me incomodaba, sentía su respiración un poco pesada en
ar más mi camiseta. Me puse nerviosa, quería gritar o defenderme, pero era imposible debido a mis circunstancias. No haría notar mi
lé con atrevimiento. No piensen mal, solo que en
res decir?
de asesinos, es de pervertidos. Podrá tener la pinta d
es nada...
para tratarlos a su antojo -forcé una sonrisa de boca cerrada-. Claro, como no tenemos a nadie que pueda proteger
ción. Metió una de sus manos a su bolsillo de su
os ajustándolos muy bien. Ahora todo era oscuro de nuevo, la diferencia era que podía apreciar todo con mis de
ta, grité como nu
sculos estaban tensos en dolor, llegó el momento en que ya no sentí funcionar nada de mí. Era inevitable sostener más el sufrimiento, me quería ahogar en el mar de mis calcinantes lágrimas de ira, deseaba lastimar mi garganta por los incomparables gritosetuvo, en el que me sumergí a la nada, me de
s altas horas en la que mis amigas toxicas llamadas culpa y remordimiento me incitaban a lo peor. Alguna que otra vez me pregunté como él podía mantenerse tan positivo, digo, después de haber perdido a su madre en el derrumbe de un edificio provoca
ersonas, cuando habíamos hecho una promesa de hermandad que duraría siempre, el día que cada quien tomó su camino. Tan distintos han de ser... Una persona como yo termina así, y personas como el siguen adelante. Pensa
mejilla me regreso de la nada,
, aunque no se compara con la herida que me había dejado la soledad de mi querido hermano. Aquel chico que brillaba como el sol en mi vida estaba aquí de nuevo; en este vacío cuarto en el que
be que no estoy bien, que entre mis desaires sollozos el hablar era imposible. Lo ext
susurró intenta
oísta -dije
son