El tormento de Valeria Ordóñez
de moverme, pero es inútil. Mis pies están atados con una pequeña cadena a un tubo, la figura de mi tía aparece con un látigo en la mano. Esta habitación la reconozco, siempre me trae al sótano, a
siempre escucho los sonidos que hacen los ratones, e
tendí y no entenderé. Solamente escucho su risa cuando camina para colocarse detrás de mí, trato de pensar en que está pasando, pero no puedo, siento el ardor del cuero pegado a mi piel, no pasa mucho cuando me da otro latigazo. El sonido de ese látigo negro de
e en la mano un frasco con un líquido blanco
te pensar en eso antes de querer escapar- Dice para segundo después sentir que me quemaba viva. Sentí cuando vertió el líquido en mi esp
- Dice una niña s
o vale, siempre
usta la
encendida, recuerda que en cada oscurid
é cuanto tiempo tenga acá o sin comer solo veo en una esquina una taza con agua. Recuerdo que era la taza de los gatos de mi tía y lo acercó a mí para tomar agua, siento que abren la puerta y la veo bajar con un
s, como una perra- Es lo únic