Dulce Como La Miel
se detuvo. Lola estaba tan cansada que arrojó su bicicleta a un lado como un p
El sol poniente brillaba sobre él, y él la miró con una sonr
stro, pero ahora ni siquiera tenía fuerzas para hablar. Ella solo podía mirar a J
ahora parece que no lo necesitas ". James dijo a propósito. Luego se dio la vuelta y entró en la tienda. Sacó una caja exquisita y se la
a villa en bicicleta a la velocidad más rápida. Además, ahora tenía
Ella realmente quería tirarle la caja a la cara, pero
o estaba a punto de tocarle la cabeza, se detuvo a medio cam
hó hacia atrás para evitar su mano y preguntó
, como consolando a un gato y un perro, y le dijo: "Esta caja contiene cosas muy importantes. Mientr
ientras él ya no la engañara, ella le agradecería a Dios. Se puso de pie enojada, a
hora?" El conductor se hizo a un
la en una mano y se p
comido la comida allí durante muc
Lola regresó a la villa. Aunque estaba preocupada por el casti
nimándose. Llegó a la puerta de atrás todo el camino
la caja de regalo, sacudió la cabeza y dijo: "No re
olver. Esto es lo que el joven m
segundo piso. Sube las escaleras." Se
". Miró la caja de
estro no le gusta que aparezcan personas descuidadas frente a él ". Luego se dio la vuelta y estaba a punto de irse, pero se
idada? Pero había un olor a sudor en su cuerpo
inutos para ducharse, lo cual no fue lo suficientemente bueno, pero no se atrevió a demorarse.
pudo. Señora. Chi la siguió con preocupación y le preguntó: "Lola, ¿qué está pasando? ¿A dónde fuis
a Chi lo pensó, cuanto más terrible se sentía. Lola era la hija de
dió lo que le preocupaba. Se apresuró hacia ella y dijo ansiosamente: "Tía, ¿en qué estás pensando? He montado una bicicleta toda la ta
rte? ¡Qué error! " Señora. Chi gritó con ansiedad, pero Lola se
quí", dijo Lola, de pie
ó. Era la primera vez que entraba en la habitación del joven maestro. A excepción de los
sperándola. Aunque estaba sentado allí, todavía exudaba un aura fuerte. Miró a Lola
Es bueno que pueda volver. Puedes intentarlo. Por supuesto, Lola no se atrevió a de
y miró a Lola descontent
ero ella dijo: "No, no lo haré. ¿Cómo
ue Lola seguía asintiendo, continuó, "Pero no puede ser la razón por l
secreto. Si conocía a un jefe tan molesto
dieras al Sr. ¿Leal?" James cambi
ya no lo necesitaba. Me
tal esto? Por el bien de tu arduo trabajo de