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La Princesa y su Guardián

Capítulo 3 2

Palabras:1491    |    Actualizado en: 10/12/2021

ras más

st

Alena me dejaron mal y

n poco tiempo de haber empezado a trabajar con ella.

esional y no acept

la. Tengo miedo de que un día decida desaparecer. Porque déjenme decirles que te

plo, mis

ivilegios... estoy seguro de que le gusto, pero no es

ués de que prácticamente le dije que me

vez

e gusta. Solo le dijiste que sí, al s

más q

s de mi país. La época de ser el hombre romántico que hace suspirar a las mujeres, ya me

joven pasé a

n del hombr

Es joven y una pelirroja demasiado hermosa. Me cabrea

más am

e no es así. Además, de acuerdo con el historial que me dieron de ella, solo

a, el tipo especial, como si fuera dig

nada en tu vida? Alena me gusta tanto que no puedo controlar mis instintos de aceptar todo lo que me pida. De ver

me

ncreíbles, ordenen todo y nos vemos el viernes por la

uesto en el suelo con mi brazo en la cara. Oigo unos pasos venir y por lo que mi agud

ases los mismos turnos que yo. No entiendo porque razón quiere alejarse de

período y puede hablar como un ser humano no

e del sufrimiento y la soledad que invade est

siento recostándose en la pared y yo me

os días. ¿Hablaste con Alena? -t

on asco y se empieza reír conmigo-. No fue precisamente una charla... más bien ahora somos me

ser un adulto responsable y no aceptar eso? Te mueres por esa mujer y ahora tú

a la mayoría de las veces como le da la gana, pero cuando quiere se comporta como una mujer. El problema e

plicas que pasa con Cam y que no tienes nada con ella, ten por seguro que deja de verte como puto -sonríe poniéndome su brazo sobre mis hombros-. Hermano,

ona que soy. Mis padres me abandonaron, mi novia me dejó cuando más la amaba y... Recuerda lo que sucedió con Scott -su expresión cambia por completo-. Si yo no me hubiera dado

e investigan. Aquí el que no lo acepta ni te permites ver lo dispuesta que está ella, de compartir sus cosas, eres tú -se levanta del suelo y me tiende su mano-. Scott era mi hijo y yo también estuve ahí. Me culpo to

iene el don de callarme la boca sin necesidad de golpearme.

rque huía de ella-. ¿Ahora debo tratarte como el hombre maduro que eres? Disculpe mi intromisió

o soy el mejor pro

e me produce náuseas-. Es diferente. Ella es dulce, comprensiva, atenta, generosa, algo alocada, te

tos por Cam hubiesen sido reales, pe

oso de verlo feliz, él merece ser feliz-. Me enamoré, amigo. Ahora... ¿dónde dejas a Camelia? Tambié

a y ve hacia los lados-. Con Camelia, bueno... con ella dejé hace rato las

lo menos sé que con Hilary las cosas no serán así. Gracias

Hilary! -continuamos riendo h

ue me pasa. Haberme enamorado de una

íamos esta

n visto. La realeza de Grecia es muy estricta a la hora de elegir al futuro rey y

princesa y hacerle la vida

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