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HASTA QUE SEAS MÍA.

Capítulo 3 Encuentro

Palabras:2989    |    Actualizado en: 16/10/2021

r tomarse vacaciones, dedicando su vida por completo a sus negocios, tra

inguno era capaz de encontrarlo. Se había mudado a ese país, a esa ciudad en específ

n ello el dolor y la ira solo había aumentado. Estaba ansios

e lo habían convertido. Aún tenía las marcas físicas de su abandono, las pesadil

o ese dinero, llorado lágrimas de odio para conseguirlo y magullado cada parte de su cuerpo para estar en donde estaba. Sacrificios e

mundo, así como una editorial prestigiosa en la cual su mejor a

ubierto. Sin embargo, jamás imaginó los alcances de uno de sus libros, era top ventas y cada vez su público exigía más y más

bras-, más acción entre los protagonistas, más escenas de cama, más engaño, más drama, etcétera., pero ninguna hablaba de la realidad o tras

rió los archivos gua

storia de sus más oscuros instintos, esos que solo unas cuantas conocían pero que jamás

ía que no lo hiciera. Esa fuerza superior a él que tanto

cisamente pelear una batalla cada día

e y se puso de pie tratan

guntaban a cada instante cuándo habría una nueva historia y él

asaban de dos o tres capítulos simple

le daba paz era esto, si escribir era lo suyo o si solo trataba de d

omance erótico. Los gustos peculiares de Ahmad iban más allá de lo co

emás de ser escritor y administrador de la editorial, era también el rostro que repres

as tus fanáticas van a enloquecer pronto si no hay un nuevo libro porno que leer o al menos

u mejor amigo cruzar la puerta-. Guárdate tus comentarios estúp

ientras Ahmad caminaba despacio de nuevo hasta s

o venía a preguntarte si vas a asistir a la feria del libro. Seguro tus perverl

vo en su ejecutiva sill

ntualizó con fastidio y de forma despectiva-. Tú por ejemplo eres un pésimo lector, si eres buen escritor pues eso lo juzgan cientos de adolescentes que cuando sean adultas se preguntarán po

lá de eso él sabía, aunque no se lo contara que sin duda había algo más en todo es

los organizadores. Yo estaría feliz de verte ahí y seguramente él estaría escupiendo sang

tratando de manipularlo, solo que le enfadaba que lo to

ndo y lo había catapultado a la fama. Y es que a Ahmad le hubiera importado muy poco si Garden hubiera ganado el premio nobel; sin embargo, le i

ón -dijo Ahmad en medio de la bruma de odio

rrasar con él en la feria -dijo su amigo incitándolo-. No mie

y esbozó una

-. Tienes razón, al menos qu

espalda y salió victorioso del de

tando el porqué si eran tan diferentes y opuestos, eran amigos. Sabía perfectamente que era el único

r exactamente cómo empezar a redactar. No tenía ide

ideas se habían escapado para siempre y en su lugar hab

smo se puso de pie y salió p

, señora Wilson? -inquirió a la mu

s llenas de energía que

z antes de asentir y hacer una mueca de asco de solo

rse conmigo? -preguntó con un ai

jo la anciana con una sonrisa-. Mis

y por fin descansara pero se rehusaba a dejar ir

, se sentía cómodo con ella. Sin embargo, había enviudado unos cuantos meses atrás y sus hijos creían que lo mejor era ten

caminó algunas cuadras para co

cina para recostarse sobre el sillón e intentar co

ue inauguraría, la editorial y miles de pendientes más, le era imposible hacer nada más

***

fastidio para él, tan así que ya estaba llegando a

itorial. Su amigo Adrien era accionista y nadie sabía que él también

abía sido abierta pero que pint

perando entrar para tener algún ac

n esperado que las chicas

le fastidiaba que acosaran tanto. Era por eso que él no asistía a ese tipo de eventos y l

un lado de su amigo, y suspiró antes de to

jo viendo a Terry Garden cruzar la p

s; sin embargo, como la serpiente que Garden era le sonrió como si fueran

do pasar al tumulto de personas que rápidamente se esparcieron por tod

ara preguntar algo pero la mayoría fuero

lantes de emoción pero él no prestó atención hasta qu

s un poco de entusiasmo

ver la expresión lépera de la

siones encendidas» estaría aquí y no dudé en venir -dij

l oír el tono de la mujer y más aún

ia y firma que Adrien se apresuró a dar con tal

y ofendido de que lo trataran como a un sirviente miró a la mujer y después a su amigo, quien no ta

azo por los hombros de la mujer y sonreír a la cámara mientras Ahmad tomaba la foto -de mala ga

je? -susurró la mujer de forma sugestiva a un

mbre y se prometió a sí mismo nunca volver a escribir. Miró a la mujer y apenas vio el flash surgir

mismo por ser tan imbécil y aceptar

y en el que él fue el fotógrafo a todas horas, otras curiosas por saber qui

lo que imaginaba, se envalentonaban y decían incluso más palabrotas que una horda de hombres ebr

ría por estar en la cama de un hombre así, si así fuera mi esposo, ni modo me quedo con lo que hay, etc

endo la contraportada de su libro

a con sigilo y

nterés-. ¿O cree que lo mejor del libro o lo

erte que haya miles de mujeres que fantaseen con

ió interesado-, pero es lo que

o y ya. Pasé la novela entera esperando el momento en que Robert sintiera y eso nunca pasó, la que gritaba y disfrutaba el sexo era ella, porque evidentemente él era bueno en la tarea pero la realidad es que

rgo, parecía ser la única lectora hasta ahora que había comprendido la novela e

qué va a comprarlo? -preguntó con mucho más int

de enfermo que su personaje -dijo con una sonrisa de burla-. Indirectamente me hizo su fiel lectora por el mero gusto de estudio. Aunque no puedo creer que las mujeres quieran máquina

spondió-.

ó amable antes

a vuelta y caminar rumbo a la caja de cobro

de su padre, ese mismo que él había dejado atrá

ucede algo? -i

o Ahmad y

ecirle? ¿Que él se había cambiado el nombre y apellido años atrás porque el a

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