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¿Y si Digo que No?

Capítulo 2 One

Palabras:2063    |    Actualizado en: 04/11/2021

e suspiran aliviados junto al ataúd. «¿La odiaban?» Es lo que me gustaría s

hablan como si estuviese a punto de propinarles un puñetazo entre ceja y ceja. Lamentablemente están en lo

de mi edad se aproxima y de

La señora Biancheri era muy querida por mí, es tris

sponderle, por fortuna Hungría me toma del antebrazo y se disculpa con la asquerosa

encendido-, con una condición -aleja el c

iséis años. Fue mi escapatoria al sufrimiento familiar y terminó siendo una terrible adicción que no deseo dejar, por

ería -lo estam

de concreto. Me remuevo ante la incomodida

do nos vayamos-estornuda en el interior de su codo-. Los chicos y

nfurece, y que venga con

no necesitaba un ataque de honestidad para que ustedes se sintieran

na persona irritable, pero la falta de

ocupes -me

rrumpida por un estornudo colectivo. Enferm

pasándome la ma

anuncia nuestro próxim

jarme es mi actitud habitual, y en un momento tan pe

lumbro un grupo de ocho personas esperándonos. Chalecos cubren su pecho, a excepción de un pelirrojo que

ube una copa dorada y bebe un sorbo del contenido-, hija de Pennyna y Ural Biancheri. Que el

renegada, escondida y perturbada. Hermanos, sobrinos y cuñadas

un tono neutro y acusador-. Aunque su presencia ya

rvicio -sube una de sus comisuras-, ademá

lanza argumentos al azar; enredan las ideas en

tus demonios -susurra en mi oído Oleí

treinta metros de donde están sepultando a mamá. Exponen un panteón con aproximadamente veinte fosas ocupadas. Se e

Biancheri

y me voy de bruces cuando me percato de l

n círculo dejándome en el centro-. ¿Has visto t

Te nos unes? -

menea l

o no, gracias -escap

ten. La única manera es que no se

algunos minutos el entierro, por ende, abandonamos el lugar

, sobrina, es tu

*

Feicco-. Temo por tu salud -Perfecto, ahora ellos se preocu

diente de mí. Después del sepelio fuimos a la cafetería a almorzar comida nada saludable.

abrazos. No ha podido soltarme en ningún momento, así que no he p

lo peor es que pronto va

riste estar lejos de ella. Así que con el permiso de nuestros padres Minnie se quedará una semana en cada casa los próximos tres mese

tadía muy bien organizado. Es normal que qu

s recogen sus bolsos y entregan en mis manos u

sta llámame-deposita

des a mi alcance, busco un bote de pla

menos est

#

ría

e, pensé que volaban. Parecíamos más hermanos que un equipo

os lindos a nuestro alrededor, y no había más niños ahí, mamá decía que era

métanme que seremos amigos por siempre-Su son

eñiques de manera incómoda.

sa fue Hadley, hermana de Minett.

chica de pelo amarillo y rizos sal

-arrugué la cara

nción a mis palabras y le

ona tu don, aparta al luct

Mis amigos y yo seguimos corriendo. Nos detuvo el cansancio. T

*

eas. Me ofrecí a aligerar su carga

cuándo murió un héroe

e que estudiar está fuera de sus planes. Mi objetivo es m

a pregunta de seguridad de tu cuenta b

e mira

yo -detiene el caminar que llevaba tranquilamente-. Feicco y Dissa van a otro estado a estudiar l

o un pequeño trabajo que me mantiene a flote, aho

mi pecho y

de estudiar y aprobar todo, ¿sí? -una dim

rminar. Minett y yo tomamos asiento al final de la sala. Los pocos a

s, pide útiles prestados y golpea el escritorio. Sobre es

talón. Le digo a mi amiga que voy al baño. El olor a cloro ir

rden alfabético, en la otra muestra un cuadro genético encabezado por Galo Bia

ga a mi cuerpo a dar un brinco.

abl

no será una tarea sencilla. Espero que no sea tan ingenua. Regreso a la sala disimulando mi perturbación. Me esp

ido, barajeo unas cuarenta hojas-.

contecimiento y llevamos la carpeta al comité. Discut

dras. Los dos pisos cubiertos por pintura marfil pasan desapercibidos entre tanta

ulzura -ella acaric

amá trabaja para sosteniendo el hogar, y papá asiste sus trabajos.

tarde. Le dimos permiso a Minnie para presentarse e

televisor del salón marca las 4:30 de la madrugada, Sadisha pierde la batalla y cae rendida en el s

aves facciones, luego acomoda su cabellera oscura. Se dirige sin contemplaciones

sola, entiend

*

erta. Exaltado me adentro a su habita

a, aretes, y bolas de cabello. Recojo un pedazo d

o abraza mi pi

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