El Pilar del Universo LOS DOCE CLANES
us padres Omar y Patricia, eran jóvenes miembros de los clanes, que se prestaron para la operación de rescate. Fue justamente este hecho que Matías ignoraba al menos desde el momento que fue
dre le pidió que lo esperara, no habían pasado más de diez
ención de un pequeño niño, no mucho mayor que él. Asomado a l
areció Patricia. Como era de esperarse el llanto cesó por completo. Con el pasar de los días, no faltó oportunidad para que los dos pequeños terminaran siendo amigos. Gabriel Cacace, así le dijo que se llamaba, rápidamente se entabló una amistad. A un la
lle, Jonathan, Juan Manuel y Celeste. Todo parecía estar hilado para que se conocieran todos tarde o temprano. Fue así que en la secu
padres de aquello que les estaba ocurriendo tampoco había tenido buenos resultados, y de verdad estaban preocupados por tal similitud. Y como una cosa lleva a la otra, la actitud de Omar, el padre de Matías, despertó la curiosidad en el muchacho. La reacción y la respuesta evasiva lo obligó a observar. Notó rápidamente la actitud de su padre y no dudó en sospechar lo in
l impactar, rodó y rodó quedando boca arriba para observar un cielo totalmente despejado. Escuchó la frenada del taxi y el conductor acercándose gritando siempre la misma frase. -¡Muchacho estás bien!- otra reacción inesperada, levantándose violentamente golpeó en el vientre al taxista que caía al suelo inconsciente. Aún respiraba, eso lo dejó más tranquilo, no se había convertido en un asesino. Continuaba algo aturdido por la caída y asombrado al mismo tiempo. No tenía lesiones y la fuerza con la que golpeó al conductor fue suficiente para inhabilitarlo. Acto seguido observó a lo lejos cómo se alejaba el auto de su padre. Notó que su vista también estaba demasiado desarrollada, podía dilucidar la expresión del rostro de su padre ignorando completamente la
que nadie la había visitado en años. -No es posible, hay varios autos afuera.- las deducciones lógicas de Matías le hablaban a su consciencia. Además de ello, parecía no haber más nada, no había habitación a ciegas, sólo una chimenea del otro extremo a la mesa. Se acercó y escuchó voces, posiblemente haya algo detrás de
ríamos hacerlo más a menudo.- el que habló fue Jesús el padre de Daniel, Matías esta
os reuniendo por algo distinto.- Agripina, la madre de
situación en particular.- Matías no llegaba a visualizar a la per
vez hombre.- Omar estaba dándole la palabra a
pude haber sido seguido, por eso esta vez tomé las precauciones necesarias.- Las palabras tranquilas de Teseo, alertaron a los allí presentes. -Descuiden- aclaró. -Los chicos todavía están a salvo en la Tierra. Eso no es todo, lo preocupante de la situación en Central, es la forma en la cual delega su poder. En varias ocasiones envió sujetos poco eficientes a lugares donde son derrotados en pocos
cto? ¿Qué hay de los compañeros de Radamis, las cabezas de los distintos cla
is superiores, no los ayudaron por nada a lograr este fin. Ellos creen que el Universo está en caos, pensaron siempre en la posibilidad que las reencarnaciones, tomen el
na, Ester, la madre de Gabriel se mostra
salvar a los once, solo quedó una. Ahora nos damos cuenta que usará a la pobre de Cristina para llegar a los demás... Maldito Radamis
ido con Teseo.- dijo Omar. Todos los presentes se mostraron inq
anos de Radamis lo sufrirás.- tratando de encontrar
os. Seguramente él nos aniquilará y que nuestros hijos sufran nue
ás es la ley de la vida, que los padres parten antes que los
9999 D.R., o mejor dicho en el 4999 D.M.- la madre de Jennifer, Agripin
ica que a nuestros hijos sólo les quedan unos
imero a Radamis.- las deducciones y suposiciones seguían
u lugar en la vida. Primero vendrían a buscarlos a ellos luego irían por Radamis, como verá no hay mucha diferencia en el destino de sus hijos. Por otro lado, los chicos ya deben estar d
día fue la mayor de todas en sus 16 años de edad. Uno de los individuos que se le aproximó voló unos cincuenta metros, cuando él le propinó un empujón. Los demás al ver esto, como me cont
comenzar diciendo la verdad a nuestros hijo
echas que siempre tuvo, de ser una persona distinta al resto, no se ajustaban a semejante verdad. Pensó que lo mejor era no llamar la atención por ahora. Enfrentar a su padre sin herramientas y con