El Romance Ciego
a tan abrumada por la cantidad de alcohol que había bebido que no estaba en forma o forma para describir el sentimiento que la había
sumía que todo era solo un sueño. Sin embargo, ella misma no tenía
acia un viaje al paraíso. Hasta ahora, todavía no podía creer que
almente había escuc
o como la nieve. Había algo en sus suaves curvas
justo cuando él le había be
a también disfrutaba de la atención que le prestaba. El orgullo se apoderó
tía como si estuviera en su propio sueño mien
uapo se apretó contra el
hausto por la actividad, ella todavía no se dio cuenta de que to
do en las nubes después de su acto. Era
uera por el hecho de que ella estaba exhausta, él
ente con satisfacción. Definitivamente había más tiemp
No estaba al tanto de lo que había sucedido esa noche, y solo
s cortinas, iluminando toda la habitación. La luz cay
había entrado en la habitación. Era como si todo su cuerpo hubiera sid
iró al apuesto hombre que yacía a su lado y sus ojos se abrieron como pla
ocido de antemano. Al ver sus cejas pobladas, labios regordetes y la línea de la mandíbula, tragó
mientras miraba al hombre dormido justo enfrente de ella. ¿Qué diablos pasó anoche? pensó, t
su pecho mientras tomaba
ó los ojos, to
se quejó. Sin otra palabra, se dio
las, cuando la mujer se despertaba, solía darle un beso apasionado a su marid
a brindado esa noche, lo dejó pasar. Además, después del dulc
debajo de la colcha. Estaba desnuda y su piel lechosa ahor
ación, no era tan estúpida como para no dars
ó una vez más, golpeando una de
resurados gritos, su somnolencia desap
finiendo aún más su mandíbula. Las mantas cayeron, dejando al descubierto su pecho musculoso, lo que llamó
eño? ¿Eh? Usó dos de sus dedos para pelli
e toques! " ella gritó. S
a alrededor de su cuerpo como un capullo
ás', ¿no es así?" Él procedió a acercarse a e
quieres decir? Quiere decir... tu y yo
ro. Parecía que no importaba cuántas veces había intentado evitarl
s lágrimas brotaron de sus ojos, pero rápidamente parpadeó. No hab
n entró aquí y se subió a mi cama. Yo no te violé. Tuvimos rela
etazo en la cara. Cogió la tarjeta de la habita
uivocada". Se cubrió la cara con ambas manos y todo su cuerpo temb
o? ¿No es bueno ser mi mujer? "
¡Ni siquiera te conozco! "
". Una sonrisa se deslizó en sus labios mientras se
erda! Qué verg
s mi esposa, siempre que aceptes casarte conmi
s de lo que me has hecho? " gritó histéricamente. El dolor agud
taba a punto de darse la vuelta y sali
laras", susurró, sa
encontró en un lugar diferente.
acob parado frente a ella con los brazos c
n casa de un amigo un par de días ", dijo