Achocolatada - AMARGO PLACER
diario, la tela de su enterizo floreado brincaba a su alrededor mientras atajaba a
na, puedes retirarte- dijo quitandole la bandeja de las manos mientras la joven daba la puert
os ojos que tanto le habían gustado en su infancia. Hace más d
diatamente mirada por ambos hombres. Uno de ellos había sido su pasado y
o maduro cuando se acercaba de lado de su marido quien la miraba ceñudo como de costumbre. Y es que Saul no era u
sin sonreír mientras entregaba una taza humean
besando la mano de su mujer luego de que le entregase la taz
rd s
del tinto- Bien bueno- halagó mientras tomaba una de las galletas de mantequilla que Eliza sirvió-Este lugar dejó una huella en mí y era tiempo de que volviera por aquí- su inocente so
ringo. Con tanta plata tú vienes a morir en un
ioso mientras acabab
intrigada Eliza- le he ofrecido a tu marido el negocio más seguro que po
a alzando una ceja mirando a su esposo con la sospecha de que fu
es de aquel maldito pueblo- Sólo vine porque los considero. ¡Realmente lo hago!- sonaba como una oferta pacífica y, que viniese de su parte, era lo que realmente le impac
viendolo asentir-¿Y si la oferta es tan buena por qué Saul se n
raron a los delicados ojos verde olivo de su mujer quien sorpr
oscuro que le sonreía con malicia tra
ías querer tú de una muchachita como ella?- lo miró
rió- No soy de los que buscan una copia cuando no tiene
ngo?¿Cómo es la v
tras familias estrecharan su unión y Achocolatada se salvará- se encogió de hombros restandole importancia mie
despectivamente más se detuvo cuando sintió la mano de su esposo sobre la suya-¿Qué?¿No m
antes de hablar poniendo la mano sobre su hombro- Afuera, Eli. Por favor- insistió sin más mientras su mujer miraba con rabia a quien una vez la h
la colilla del cigarro que fumaba a escondida-¿Estás fumando?Sabes bien que te hace daño-
hora mismo- Emira la miraba asustada mientras su madre sostenía su
siempre te haz negado a que me aparte de ustedes?- ella negab
, Emira. An
e acercarse. Iba a caminar hacia él pero su mamá
vengo, dej
sintiera curiosidad. Emira se escapó de su agarre y fue hacia la oficina de su papá dond
n. El desconocido parecía tener la edad de sus padres, un aspecto prolijo y de hombre con dinero. Debía ser algún empresario pero ¿Qué haría un hombre así
hija,
sconfianza. Saúl estrechó los hombros de su h
entras besaba el dorso de la misma- Eres toda una hermosura, completamente divina- la halagó y en lugar de enfadarse, E
ntó ella sin dudar, el hom
mpletamente de la palabra de ese sujeto. Ella conocía a todas las amistades de sus padres desde niña. Quien quiera que fuese ese señor Fox estab