La decisión de Sam
cionarios.- Deben buscarla de inmediato por el piso, no está en condiciones de caminar
sé donde fue, yo la traeré
Dó
lla.- tomó las escaleras de emergencia y
l vidrio, descalza y sus brazos manchados con r
cuidado para
, reconoció a su hija sin problemas.
ores dicen que está fuera
uí?- le preguntó con
no debiste leva
bebé ya nació... por lo tant
epararnos en esta situac
ese argumento! El acciden
as reaccionast
d, ¿ qué más quieres?- sus mejillas estaban muy rojas y los
ejó como si fuese el diablo.- ¡Piérdete! Ya tienes lo que querías
pue
isiste... ¿ o quieres
tiendo por qué tomas e
tanto tiempo... porque jugaste con
o de verdad quer
o es cierto, ¿ cuando tuvimos rela
ía que pensar
ebí casarme contigo... no debí embar
o quiero el divorcio
s en vez de tranquiliz
su esposa no l
.- le dijo con los
él, había una mujer de cabellera neg
eliz ahora?- seguía viendo
nta, n
está muy preocupada por ti, yo vo
muy dé
a palma de su mano.- Ya no soy tu responsabilidad.- Dicho eso
e ¿estás bien?- Lisbeth
ien, me dier
ba muy mal?- le miraba dudosa de lo
é y se levantó...- aún tenía el anillo
jor.- le dijo Lisbeth fingien
y se demoró en contestar.- Daniel tiene algo q
blar con ella, no podía
ente lo
y te cuidaré.- le tomó del braz
er afirmada del ventanal, con una sonrisa malicio
a cabeza, de alguna forma confirman
rmada en el brazo de su marido, siempre deseo ocupar ese lu
ubadora- ... no les faltará... nada...- Sintió un pitido en el oído y su vista
diato y soltó a Lisbeth, su mujer estaba en el suelo, la her
o en fiebre y su ropa estaba empapada, la cargó en brazos, sin prestar a
s enfermeras corr
! ¡ Tiene mucha fiebre
estar aquí, debe sali
r con ella ¿por qu
tá tratando, la herida pudo abrirse p
la f
z, el doctor saldrá pronto a conversar con usted.- l
ores rodeaban a su mujer, le habían qu
la puerta y le habló a la enfer
pabellón, necesitam
diato.- la enfermera
puerta.- ¿ Por qué l
a fiebre no está claro, iniciamos an
ra en casa, no de
n prepararse para cualquier escenario
para no derrumbarse. Ella quería morir, dejarlo totalmente libre, pero él jamás deseo e
y los auxiliares de servici
mo un puerto seguro, que nunca se iría o lo abandonaría, ahora, s
l accidente, todavía no se recuperaba
n con él recibiendo las noticias