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Domíname 2: Daddy's little girl

Capítulo 2 Paraíso terrenal

Palabras:1058    |    Actualizado en: 09/01/2022

ddy era lo mejor que me había pasado desde que mi c

nsión, inteligencia, éxito, firmeza, sabía exactamente cuando ponerse rudo y tenía un físico de ensueño, sin mencionar lo increíble que era en la cama. Sentía que lo

tras Patrick me hablaba de algo pero re

a Tamara

, me distra

si hubiera sido cualquier otro empleado me hubiera ofendido y quizás hasta lo hu

no? -respondí encogiéndome de hombros

ron un 10%, lo cual me preocupa bastant

significa es

adamente u

hay que ponerle atajo, ¿Cuál

en televisión y lo

tes que les sumen un 20% de comisión a su remuneración, repartirán flyers y

mismo la orden a recurso

ces me entró una llamada de Daddy- Debo irme, estamos en contacto-

a la pequeña puta que me espera en

lo más import

esnuda en la cama,

a, me desvestí, deje la ropa en el canasto de ro

ezones, haciéndome sexo oral, follándome por todos mis agujeros, de repente me sentí muy mojada, incluso c

ta? – dijo, tenía la

ta para servirle -dije ponién

subió a la cama y empezó a acariciar mi culo, cuando llegó a mi sexo coment

rlo Daddy, Ud m

quien

ra pensarlo, el se levantó fue por u

o dos dedos, luego tres, cuando metió el cuarto me quejé un poco entre los gemidos "relájate" dijo Daddy mientras movía sus dedos dentro, fuera y en circulo, entonces sentí algo mucho má

usta a

mmmm... me vuelve loca

mo la puta caliente que eres -dijo nalgueándome con un

Daddy

ara mi put

egué al clímax en segundos y solté mi

alda y jugaba con mis tetas, las amasaba, apretaba y tiraba de mis pezones, yo no podía más de placer, luego sacó el dildo

ués de dejarme en estado de bulto por la forma en que me folló, me empezó a azotar con su flogger favorito, me ordenó contar pero yo apenas podía balbucear, no era capaz ni de decir "sí Amo" pero estaba totalmente consiente de lo que pasaba

acostó a mi lado y me abrazó, empezó a acariciar

bien p

y mejor que bien Daddy, eso fue fantástico... Gra

la mejor -dijo y me dio un p

olo éramos él y yo, no había nadie más, ni trabajo, ni remedios, ni enfermedades, ni

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