La última Luna
l
iguos de la manada, una viuda llamada Helen que siempre había sido un poco como una abuela para ella. Como Helen no se había sentido
cido. Durante los últimos tres días, solo había hablado de ese torne
uieres casarte por fortal
eferido que conociera a su "compañero predestinado", el hombre seleccionado para ella por la p
s las manadas cercanas, y al final, tendremos dos líderes de manada que sean fí
o era el joven que había sido. Ellie se giró por fin para mirarlo y se dio cuenta de lo marcadas que estaban las patas de gallo
ndose con el ganador era una gran decisión, una que no debía toma
é -afirmó.
ael
que has esta
aña de Helen estaba justo delante de ellos. Esperaba que él no
los alfas solteros de la zona, a los seis. Todos ellos son líderes fuertes y feroces. La mayoría de ellos son pr
ndo que sus mejillas se volvían un po
sabrás que esto es exactamente lo
azón para decirle a su padre que no después de que se tomara tantas molest
la de un niño que sabe que va a rec
a vuelta y se dirigió a la oficina co
mó a la puerta de Helen antes de ab
stás en cas
aquí -respondió la mu
yor tumbada, apoyada en un montón de almohadas, con un pañuelo usado en la mano. Su pelo blanco enmarca
Ellie, sentándose en u
¿Ocupada como siempre? -comentó soltando una suave carcajada. Siempre brom
do ocupada para ti.
ato, así que tengo todo lo que necesito. Sin embargo,
iones en su mente, con ella liderando toda la manada y todo. Y por supuesto, estaba el plan de su pad
mano de Ellie-. Estaré bien. Y si no lo estoy, bueno,
hermosa novia junto a un hombre con traje que obviamente era su marido. Ellie nunca lo había conocido, ya que había muerto antes de que ella naciera, pero
etas -afirmó inclinando la cabeza hacia Ellie mien
uchó el tono de su voz
n! Estarás de vuelta en
beza, sin que su so
riñoso y seguir siendo una buena líder para esta manada. Al igual que tus padres. No te conformes, cariño. No pongas tus necesidades en espera. Te mereces la felicidad. Eres una buena persona, una persona maravillosa y sé que la Diosa de la Luna tiene
a, siempre había deseado un amor como el que compartían sus padres, como el amor entre Helen y Howard. S
izás ahora era el momento de empezar a buscarlo. Tal vez no era una coincidencia
miga se hubo calmado de su ataque de tos-. T
dio una palmadit
é que, si me voy, podré hacer
nó y besó su a
raba que Helen viviera lo suficiente para que viera que Ellie había estado escuchando, lo suficiente
ganar el torne