Mí patrón es mi profesor
salí de Valleral, desde entonces no e vuelto a pisar estas tierras, me acostumbré tanto a la ciudad que volver a un pueblo lleno de lodo y mosquitos no me era apetecible. Aquí no existe la señal n
al de ellos también me escribía con mi mejor amigo, Henry, quién por cierto acaba de llegar. Le escribí hace una semana, le d
quí, sí que lo creo-verbaliza a la vez que abre sus brazos y yo los míos, palmamos nuestras espaldas y apre
niño pecoso de hace diez años-. Espeto y él suelta una c
La sonrisa dibujada en mi rostro se esfuma al mismo instante que Henry hace
de ese tema. -Expreso la incomodi
aremos de te
é en silencio contemplando el maravilloso paisaje. No puedo dejar de sent
n fiesta, en la discoteca
ue estuve aquí, este pueblo no tenia nada de bueno, más que sus
iado mucho, hay de todo un poco,
mi en la noche-. Conc
ontemplar la enorme hacienda qu
erte-. Farfulle Henry tras de m
amigo, una vez que ingreso a la mansión, la
braza-Mi niño, no puedo creer que estés aquí. Peñiz
Afirmo y vuelve abrazarme, acto s
y... Fanny,
adre y su encantadora voz, que si
do me ve se queda gélida y sus ojos se iluminan, mi madre da zancadas grandes y lleg
é no avisaste
rpresa-Explico y ell
o, que gra
ción-comunica la nan
n, subo hasta ella, y lavo mi cuerpo. Salgo del baño y me encuentro con el viejo en la entrada de la puerta, usa
a sorpresa q
e-. Confieso y eso lo
esta por tu bienvenida-.
s nec
irma llevándome a
, esta noche sa
- Aprieta mi hombro en
he quedado admirado al momento de ingresar al pueblo. Valleral ya no es un pueblo de c
parece? -Cu
digo, estoy impresi
padre tomó el mando, ahora el pueblo es
josa ni enorme como a las que solía ir en la capital
ar el licor, pues siempre fui un hombre que no le hacía a esos vicios. Pero cuando ella se fue de mi vida p
. Hace dos años me iba a casar con una maravillosa mujer, que aparte de ser hermosa, er
scena, donde ella se desmaya en mis brazos al mismo instante que el sacerdote le pregunta s
is dos manos para llegar hasta el baño, y así poder liberar mi vejiga, sin verlo venir, alguien me empuja y para n
sos labios están cubiertos por un labial rosa, sus grandes pestañas rodean sus ojos, con la poca luz de la disco puedo ver sus holgadas fracciones. Me qued
la no habla no dice nada, solo se encuentra con el ceño fruncido y de pronto, su rodilla atacar mi entre pierna. E
ida y la lanza sobre mi cabeza, el frío hielo cae sobre mis cabellos provocando
nclinado hasta que Henry mi
estiona y me lleva d
de encontrar a la mujer que se atrevió a golpearme. Juro que cuando la encuen
nquiero molesto, conozco a Henry d
no vi, esta
y me levanto para sa
ke