La hija del duque (Freya Asgard)
on una de las suyas y con l
, jamás te haría daño, no a pr
qu
acerte daño, solo quiero ha
cara con las manos, no quería
me pegó a su pecho de modo paternal y me dejó llora
ipé, pero no
tranquila, est
mamá
? ¿Te espera? ―me p
a llorar con
e extrañe? ―Me quitó las man
me tocara entrar de nuevo a mi turno en mi trabajo. Después, me di cuenta de que de
evó al sofá, él se sentó a mi lad
ma, fue porque no tenía otro modo de acercarme a ti y no tengo mucho t
erme citado
ntidad de periodistas q
a nadie fuera de la casa, sí como a tre
uadras ―me respondió como si adivinara mis pensam
taban fuera
í llega e
un hombre que tiene una población entera como
s hasta que
ab
e preguntó nervioso y una sombra
gra
egu
hizo traer aquí pa
z, llevas los dos ap
cobarde que huyó cuando supo
dijo tu
fue así y que mi madre
as que n
o está ―repliqué enojada, ella nunca me habl
e tu madre, pero las co
on si se p
bre su
e me creas, pero quizá, si lo lees de su puño y l
y sacó de su escritorio
abril
ir esta carta, no es fácil para mí des
mi pequeña, la luz de mis ojos. Nunca te lo dije para no causarte problemas y me hice cargo sola, pero ahora que no estaré, no quiero que se quede sola, no tiene a nadie más en el mundo. Mis padre
to y dónde pued
lo guardé siempre como un tesoro y fue lo
empre
ari
r la carta y m
es mi
tu madre te haya h
do de un gran amor imposible, fui yo la que creí que me mentía para salvaguarda
adre y ahora que me enteré de que tuvimos una hija... Créeme que quise matarla por haberme ocultado algo tan importante, por haberme impedido verte crecer, acompañarte en estos días tan dolorosos para ti; pero ya nada se puede hacer, lo hecho, hecho está, llorar sobre la leche derra
tuvo que se
o había usado la fu
e todos modos, me
rte? Mañana estarías en las primeras planas de los diarios y no como mi hija, precisamente, si no que como una cazafortunas, jamás creerían otra versión. ―No