Juego de poder
men
lo vi. Era como
menos. Yo era una mujer fuerte y moderna que no necesitaba de un hombre para vivir, menos de uno tan guapo com
tás
o incrustado en un poste, ¡maldita sea! En ese momento recordé todo. Volví
lo un topón ―asegur
quiso reírse de mí, mi auto tenía toda la nariz metida
e topón ―admití frente a él―
iones de andar, ¿quieres q
e llamar a
pediré que lo saquen de allí y
aci
r que lo vea mi mecánic
oviendo su boca, que no me importó saber lo que decía; solo cuando vi su cara de espanto, me di cuenta de que me estaba cayendo hacia atrás. Él logró sujetarme y yo me
uermas ―
―respondí―. Me
poder quedar
labios sus labios. ¿Qué se cre
si te duermes, me voy a
eé como idiota, el príncipe
í que ni se te ocur
túp
endiéndome...
ué no t
e te duermas para aprovech
dio
vertido en sapo me tomó en sus brazos y me subió al asie
e me l
y lindo ―conte
Qu
e vamos, que en todo caso no te servirá de
ás secue
ip
r con palabras no podía hacer mucho más y le lancé una sarta de improperios hasta que me c
o vas a reclamarme que soy un infel
o fuerza
no es gracia s
dad me v
é cr
las piernas como gelatina y mi cabeza como un globo a punto de reventar; los oídos me zumbaban y no pod
jo como si me rogara―.
Qu
entregues
ustedes son
abusaba de mujeres indefensas si seguro las tenía a tod
ojos. Él me apartó
ira, ll
cia afuera, a pesar de que las letras bailaban des
r, su amigo llevó una silla de ruedas y me sentaron
Resiste un poco más, ya est
enfermera se hizo cargo de la silla; el sapo, o príncipe, ya ni sabía
ndo, ¿ok? Quédate tranquila
sponder avergonzada,
él
algunas las entendía, otras, no; luego me llevaron para hacerme u
pieza con una
tes? ―me pregu
de es
tal Sur, el doctor ya v
por qué estás aquí? Se supone que nadi
ctos y mis métod
ro do
ella Durmient
uieres ser Fel
n es F
yo―. El príncipe de la Be
uaje no me atrae en lo más mínimo. Además,
te costó nada ―le
o y a mí me
ccionaras, era
hace la gente normal, o hablarme o, no sé, hay otros m
e hablé, te rogué...
quisiste
quiera fue un beso-b
beza, un mareo me h
ruscos, mira que tus neuronas están dan
muy
ivel neuronal, salieron volando las pobr
me fui contra el poste, el problema es que mi chala se enredó y quedó apretando el acelerador y
ucho lo
no te pasó en
viesan caba
do salir un caballo blanco, no hay ni uno cerca
i no, habría chocado d
cionar y le echaste la culp
tacionar, lo reconozc
me sentí incómod
mires así que m
una radian
erviosa? ―pr
nerviosa porque siento que me
ió su rostro en
era, además, si ese caballo estuvo allí, las consecuen
obre c
ta podrías haber d
é ater
animales no es juego,
abes mi
ué tus datos de tu bolso que, p
no me hayas
sí, porque quise sacar tu billetera y salió to
lana ―reclamé―, er
de tenía pulseras de
gó la f
e gusta
as, se te
ón de pelo y miró mis aros
yo ―dije antes de qu
los hombres gustaban de chicas sofisticadas con joyer
ifícil a tu pololo
o sé por qué tendría
olates, flores y joyas. ¡Solo dejas los choc
es que ven
s de visita que t
e preocupas, tú no eres mi po
abe ―lo dijo como una sentencia y luego so
ara que me despe