La Condena de tu Amor
a
e septiemb
ia 'Victory High School'. Y si, tal y como había dicho Alex, teníamos que usar uniforme. En mi otra escuela cada cual as
r cuando vio mi desconcierto por semejante cosa. Nunca había visto que alguien hiciera ropa de tan alta calidad con tanta rapidez, pe
color azul oscuro con rayas blancas y verdes formando cuadros, estos eran los colores del escudo insignia. Luego, una camisa blanca de mangas largas y botones frontales iba por dentro de di
ntalón gris y la corbata, esta tenía el mismo modelo qu
necesario, pero mi madre insistió tanto que no tuve más opción que aceptar. Nada más bajar del auto fuimos directo a su oficina, l
mente llegamos al área directiva, el lado serio de la escuela. David
uede e
rte -saludó David al director
ostado a la clásica silla giratoria detrás de una mesa grande de madera negra. La bandera de la escuela a
or favor, esto será breve. -Luego del apretón de manos como saludo, y la indiscreta frase, al pare
omportamiento ejemplar. Victory High School ha adquirido un tesoro, solo me queda darte la bienvenida. Espero te sientas como en
expediente. Era verdad que siempre me había esforzado mucho para ser una de
eremos siga así. -Hubo un intercambio interesante de miradas entre estos dos, David como el
no llegarían ni a los clasificatorios -respondió David con una so
abeza. Gracias, supongo. Todos nos levantamos, despidié
rle una copia de su horario de clases -avisó la secretaria del d
ital. Buena suerte y has muchos amigos. -Se d
an y venían juntos. Era un gran hospital donde mi madre no tendría que hacer hora
dio el horario, fui directo
í v
.
o y la cara de Betty me recibió con una gran sonrisa. Coincidíamos en Matemáticas, Dibujo Creativo e Hist
añarme a la oficina del director Gossman. -Me disculpé un poco apenada por haberla dejado plantada.
primer día cuando comencé en esta escuela. -
éndome nombre de buenos y malos alumnos que llenaban este lugar. Al parecer los
ija de unos embajadores y la muy descarada está comprometida, pero ha ten
seguir -bromeé, por lo qu
su trampa. -Esta vez se refería a un chico que hablaba con una
un gesto con mis manos com
enta de que estábamos delante de al
ti y te aceptó solo porque en noviembre tenemos las primeras competiciones y no podemos concursar
stas de esta escuela se pudieran ejercitar. Detrás de unas puertas de cristal a la derecha había un estudi
icas, ya cambiadas a la ropa deportiva y calentando. Nos acer
diques... -dijo Betty, pero fue interru
egadas en mi grupo, pero por tu pasado como animadora y porque eres la he
io o algo así, «por mí como si lo envuelves en celofán y te lo llevas a tu mansión, ca
¿si? Me dijeron que este año es que saboreas el puesto. Si tienes alguna duda me puedes pregunta
biarse rápido. No vamos a esperar por ustedes para comenzar. -Arrojó a mi cara
y no pude evitar
us palabras dichas anteriormente. Te
agas caso, es una muñeca con aires de grande
o y que Dios me ayudara a soportar a Sahara,
.
he tenemos una de las actividades más bonitas
s cuadradas de cristal con capacidad de cuatro comensales cada una, sillas de hierro torneado, candelabros en el techo
imer día de escuel
será una fiesta de disfraces e incluso... ¡habrá karaoke! -gritó
mi respuesta, Betty me m
as venir? -Solo ne
úsica y un ambiente agradable, será divertido Carol.
en casa -justifiqué encogiéndome de hombros. Era la verdad, no
un disfraz pensado para ti. -¡¿Qué?!
miedo preguntar, per
era sex
, lo sien
exy y yo de bruja coqueta. ¿Qué te pa
ento muy cómoda en las fiestas. -Dirigió la vista a sus manos sobre la
to Sue, como le decía yo, una listilla de ojos grandes y mente aguda. -Una sonrisa fugas se reflejó en su boca, como si hubiese recordado un momento alegre. -Murió de cáncer el año pasado. Fu
¿Quién me man
que haber hecho la pregunta? Sé lo que se siente la pérdida de alguie
e estaba encerrada en mi habitación leyendo un libro y escuchando música. Sue era quien me
erder y tal vez te quedes con la duda. No quiero preguntarme ¿qué hubiera pasado si...? Quiero vivir, aprender, rec
desperdiciar el tiempo, si no aprovecharlo y vivir por aquellos que quisieron, pero-¿Betty, no tienes otra amiga a la que invitar? De verdad que n
anda a
que haber hecho la pregunta? Sé lo que se siente la pérdida de alguie
e estaba encerrada en mi habitación leyendo un libro y escuchando música. Sue era quien me
erder y tal vez te quedes con la duda. No quiero preguntarme ¿qué hubiera pasado si...? Quiero vivir, aprender, rec
otros. No debemos desperdiciar el tiempo, si no aprovecharlo y vivir por aquellos que quisieron, pero no pudieron. -Joder, tenía
n de mi garganta hasta ahí llego la fiesta. ¡Can
frentado a nuestros miedos, si hubiésemos dado el paso al frente, si hubiésemos hablado. Ya era hora de que yo