Perseguida por la Mafia
staba ansiosa, en
n se mantenía tranquilo, con una laptop sobre sus pi
eguntó Marianne, con caut
hiciera esa pregunta. Volvió a concentrarse en la lapto
u coraje. Cerrando de golpe la
untó nuevamente Marianne, e
tenso, incluso el asiste
laptop estaba cerrada, volvió a mirar Marianne, una mirada fría directament
oz grave-. Creo que todavía no enti
s pies temblaban, al igual que sus manos entrelazadas-.
mujer. -dijo Edward-. No puedo p
y conociendo al hombre y lo que podía
Wellington volvió a abrir su computadora portátil y continuó co
ro no se atrevió a hablar más. Se obligó a sí
enética, luego se detuvo abruptamente y cerró su computadora port
uchar, el fuerte cuerpo de Edward la sujetó firmemente contra los asientos de cuero, sus manos aumentaron la presión. Lo que provocó que Marianne emitiera un gemido
ar contra él. La diferencia en su fuerza era demasi
ard estaba incomodo
a los de Edward, robándole el aliento. Se sentía como si estuviera muriendo atrapada debajo de él. Sin embargo, apenas él se molestó por eso, Edward fue duro h