Invasión: Sangre y Guerra Libro I
ortar la muerte s
l pensamiento
se P
el reloj de manillas de cuero, ya desgastado por el paso de los años q
omodándose en el catre, mientras
ldado, cabellos negros revueltos, pantalones militares y s
hora -l
an lo que es estrictamente necesario con ellos: una mochila pequeña con algo de ropa y municiones. La comida es rigurosamente racionada, con el mundo gobernado por seres que se alimentan de sangre, las producciones se han agotado. La resistencia tiene varios cultivos de vegetales y frutas escondidos, cocineros que hacen pan y avena. Después de un tiempo, se acostumbran al hambre. Organiza sus cabellos café en una coleta alta, se pasa un suéter verde por la cabeza y hace maniobras mientras se coloca un pantalón militar. Se calza con r
sde el momento de la invasión, se crearon muchos alrededor del mundo, los pocos años que la humanidad peleó. La lucha al principio fue fuerte y constante, la
r tiene su propio suministro de energía, lo que es una bendición,
e esta campaña de la resistencia. Como él hay muchos, esparcidos en dife
ones, tratando de llegar más cerca. Ve que Thomas
e perdí? -
argamentos del norte y tres del sur. E
te en toda la habitación- Esto no es un juego, no es una clase en la que pueden distraerse y después ponerse al día. Estamos hablando de vidas humanas. Estamos hablando de ¡sobr
responden tod
e se rumorea que solo tiene treinta y cinco años, las canas están cubriendo toda su cabeza. Pero lo que sin duda termina de trazar la línea de líder es el parche
fin Jenkins. -Te lo dije -le murmura Catarina a
e el joven, dándole
merecen la oportunidad de ser salvados y quienes no ¿O por qué no ir por los dos? Tenemos que ver el panorama general antes de tomar cualquier decisión. Aquí, al menos si todo sale según lo planeado, les brindaremos una
ivisión "rescate y primeros auxilios" lo que en sí quiere decir que una vez que toda la parte divertida esté hecha por alguien, ellos guían a los rescatados a
listo? -preg
s Originales, solo los pone más lentos. Saben con seguridad que cortar la cabeza funciona con ellos. Los Convertidos mueren de un balazo en la cabeza. En cualquier otra parte del cuerpo no surte efecto y sanan con gran r
oven señalando todo su armamento. -
e evitar sonreír. Después de quedar huérfana y vagar hasta ser encontrada en las calles de su pueblo en Escocia, le costó mucho trabajo relacionarse de nuevo con la gente, el horror de la muerte de sus padres la acechaba cada noche, sus grit
querida. Empezó a sentirse
antes -responde con el c
s! -el grito de Jenkins se ab
mpletamente vacías. Están en lo que se llama "zona muerta": zona libre de humanos y de invasores. Solo uno que otro gato ronda el sector, el silencio es sepulcral. Según la fuente de información, los
joven. -¿Qué pasó? ¿Estás bien? -dice girándose
de ha
e nos regañen otra vez -contest
nuevamente a su oído. -Escúchalas en silencio -l
culos lleguen. El primer equipo se encarga de lo suyo, colocando las trampas para las llantas. El segundo de reconocimiento se cerciora de que estén solos, sin visitantes o Convertidos. Tercer equipo; francotiradores, están en una posición alta con la vista despejada. Cuarto equipo, combate, armados hasta los dientes y liderados por el mismísimo Jenkins. Quinto equipo,
surra Cat, agachada con la espalda
uede sentir el bombear de su corazón. No importa en cuántas misiones haya participado, la adrenalina siempre juega igual. Muerde un poco su labio inferior y comienza a contar hasta diez para despejar los nervios. Aprieta con fuerza el fusil, se concentra en el frío de la hoja de plata del cuchillo escondido en su bota, su amuleto de la suerte, el que no deja nunca y que ha estado con ella desde el día en que fue rescatada de las calles de Escocia. Toma un respiro y se prepara para lo que vie
mucho más que los Convertidos, pero aquellos son más fuertes y rápidos. Jenkins se enfrenta cara a cara con uno, el Vampiro es casi tan alto como él, con el cabello negro largo, piel pálida e inhumanos ojos rojos q
s cuarenta años, cabello negro como la noche. Ha liderado incontables mis
cargan de llevarlos a los túneles sin mirar atrás. Están por culminar cuando lo sienten; el aire se pone más frío y el olor a putrefacción invade cada rincón: Originales.