¿Es posible recuperar una joya perdida?
fija en el fuego de su chimenea, pensaba en lo imbécil que había sido, al no haberse dado cuenta del cruel engaño del que había sido víctima y por el
lanzaron en contra de quien, ahora reconocía, era la única mujer que verdaderamente amaba, le arruinó la vida al único ser que vio al homb
ganándose así el honor de muchos nobles, (incluido, el de su propio tío, el mismísimo Rey de Inglaterra, quien lo quería como a un hijo), hubiese caído en esa trampa tan bien elabora
nd, Es
l lugar al que fue exiliada. Llevaba dos horas con la mirada fija al frente, recordando lo feliz que fue durante aquellos tres años, al lado del único hombre al que amó de una manera profunda y real. Un hombre por el que estuvo dispuesta a renunciar a su prop
pertenecieron: Duquesa de Wellington, Marquesa de Oxford y Baronesa de Netherfield. Sin embargo, el título que ella más ostentaba era el de ser la esposa del hombre al que le entregó su vida entera. El hombre que terminó destrozando su corazón y el paraíso que ambos habían construido a
no creíste en mí? –susurró ella con voz apesadumbrada al vacío. ¿Algú
Hall, Ing
con su ex esposa y pedirle perdón, tras haberla humillado y exiliado lejos de Inglaterra a ella y a su familia, despojándolos de todo lo que tenían. Y todo, ¿Por qué? Por
la autorización de entrada, ingresó al despacho uno
o aquí desde hace cinco horas? –preguntó Ia
el Duque desde la ventana, con la mirada fija en
pson, que no dudó en enviarme una nota en la que decía que me necesitabas con urgencia;
ín desde este mismo lugar, y ella levantaba la vista y me miraba sonriéndome dulcemente. Te puedo jurar que, con cada sonrisa que ella me obsequiaba, tamb
ellington Hall, quedó inundado de sus risas. ¿Pensar en esto es lo que te tiene en ese esta
recuerdos que siempre atesoraré en
o que sucede? –preg
e ella sólo se casó conmigo para obtener una alta posición en la aristocracia inglesa, y de esta manera, robarme
uchar. ¿Por qué estás tan convencido ahora de que no es como tú creías? ¿Por qué ahor
Pero mis celos y creer que ella me había traicionado,
é lo impulsivo que tú eres. Pero supongo que en este momento habrá ocurrido algo que terminó convenciénd
. Después de unos minutos de silencio, Adler continuó al decir: No sólo acusé falsamente de adulterio y robo a la mujer que amo, sino que la humillé completamente, tanto en privado como delante de todos. Y, no conforme con eso, la exilié lejos de Inglaterra, despojándola de ab
egunta ahora es, ¿Qué piensas hacer? Porque si Giorgiana está tan enferma com
ersona que más debe odiar en la vida? –preguntó el Duque de Welli