El arte de fingir
el caso de mi marido cada día estaba más inmerso en disimiles proyectos y ninguno, o más bien
a cena,luego de que Nuria y Sergio se fueran -siempre hemos sabido que no duraría, él no es hombre de relaci
acomodar su cadera contra la encimera y beber su copa de vino -sabes que si hubieras sido tú, ambas lo hubiésemos manejad
has aceptado del todo y ella lo sabe, si hubiera sido yo, o fuera Conrad quien me est
relaciones de pareja, el maldito epítome nupcial. Sabrían manejar la situación de manera respetuosa entre los dos, de darse el caso y no
rque a pesar de que por norma, uno no debe meterse en las relaciones de pareja d
o, y sinceramente estoy pensando buscar un poco de
rma fría. Estás siendo un poco radical cariño. No es menos cierto que hay muchas parejas que pasan por baches lo suficientemente grandes
pero justo ahora, cuando estaba casi segura de que mi marido probablemente estaba haciendo eso mismo conmigo, no podía reaccionar de otra manera, sobre
ienten que sus vidas en pareja están algo estancadas y buscan respuestas en las opiniones y experiencias de otros. Hay una especie de perfiles para producir e
ía confiado, cuando Conrad me estaba dando dos beso
spuesta coherente al absurdo que para mí suponía en aquel momento, que un amante podía ser positivo de alguna m
s dientes frente al espejo del baño, justo a su lado que acababa de hacer
que existía y justo hoy, por no sabía que motivos, él venía a notar
en toda la jodida velada; pero sí notó que estuve rara y chocante con Nuria, que fue la única persona a la que quise abofetear repetidas veces por no saber respetar y ver, lo mucho que S
lo que él no contestó absolutamente nada y se
o seguir por el camino de la controvers
no entendía qué demonios me faltaba para que mi marido me deseara como antes. Para que me mirara los pechos en el espejo y no los dientes mientras me los la
su costado del colchón, tapado y du
ndo me estaba acomodando para dor
mis almohadones, me dispuse
sitio, entra y echa un vistazo cuando
istazo a mi lado, y ví a mi marido, ignorando el picardías que me había puesto pa
ba en la parte baja de mi mesa de noche y la
tes de presionar el ent
ada. Un simple nickname y los típicos datos de interés para crear un perfil que pudiese bu
uidos de mi marido eran un gran indicativo de la nula actividad q
Oficialmente navegaba entre infieles. Simpl
ner la cordialidad entre los usuarios. Había una especie de barra guía, que indicaba de manera automática las personas c
uarios expertos o desinhibidos,
y la verdad, tenía cierto sentimiento de r
ente insatisfecha e incapaz de darse cuenta cuando algo ya no funciona
nta de que yo era una de esas personas a las que tanto cuestionaba y
para que alguien más me lo hiciera notar y por eso me había ofendido tanto que Nuria me dijera las cosas
mi cama, cubierta hasta los muslos por mi edredón y develada completamente, un anuncio de publicidad
ue en ocasiones un mal camino pue
entir cosas que ya Oliver no se empeñaba en ofrecerme, me llevaría a
ria,entré en un perfil de un hombre que por sus referencia
certeza de que yo no le sería infiel jamás, siempre que tuviera
mi laptop, comencé a desc
ocido,al que no le vería la cara, no lo tocaría ni me besaría él a mí,y con el que s
¿Quieres ser mi am