Clariké
da noche coloqué mi oído en la pared, nada se oyó desde que sacaron muerta a la señorita Lucrecia y la policía parece no haber h
o del que solo se tenía la descripción, pero ninguna pista del paradero, llenando de temor a las personas que corrieron a asegurar los ingresos a s
si me encontraba bien y no paró de
tención por haber ocultado una persona en el depósito de mercaderías sin su consent
epetir este hecho, pues si había una seg
uando nuevos inquilinos decidieron instalarse e
edificio no les dijo absolutamente nada de lo que allí había sucedido. Llevó los muebles que ocupaban
antes del departamento, que lo decor
dosados a la pared, hasta ahora todo está t
cociné lasaña. Es mi franco semanal así que no tengo que estar de apuros co
ecen estar haciendo lo mismo que yo. Es agradable tener
hasta los contenedores ubicados en la planta baja para de
Samanta, quien estaba en ese momento, repitiendo mi acción. Ambas reím
edad y su esposo será solo un
bolsas- tu eres la chica de al lado ¿quie
una agradable voz - ni bien coloque má
te es
ante e ingresar sin permiso al departamento donde estaba yo segura que fue asesinada. En ese momento me invadió la ridícula
vo cargar la lavadora y salgo apresurada del departamento para golpear la
uién
Estefanía
a te abr
llones tapizados en cuerina azul que combinan hermosamente con las cortinas y la pintura de las paredes. Parece que han pintado y remodelado el
pocillos de café y un platito con masas, lo coloca en l
corante? – pregunta al
s la observo con absoluta atención
ice sonriendo. –y cuéntame- conti
os- digo luego de beber
supongo que conociste a
es no creí que la conociera y mucho menos que fuera su pariente, además me sorprendo que
conocí- digo tratando
a del incidente del r
pefacta. Aquella chica me conoce y me
abes? - preg
erto que lo escuché en las noticias del televisor – continúa sonriendo nerviosamente y dándose cuenta que descubro que miente porque no se dijero
venir a vivir aquí –digo para ver si en su respuest
ce sospechosa del crimen de mi vecina y lo que más me extraña es que ni si
de ella. Era tan especial...- continúa la chica entrecerrando los ojos, pero cuando me mira nuevamente vuelvo a divisar el conocido reflejo rojo en sus pupilas que enciende las alarma
do marcharme llena de frustración por no hallar alguna pista concreta y clarific
que con profundo desagrado. Como si realmente la despreciara, y ése extraño reflejo rojo que de pronto apareció en sus pupilas tan idéntico al de aquel hombre sospechoso que vigiló a Lucrecia en el restaura