Aprendi a ser feliz contigo
ulloso de ser el dueño de una de las haciendas más grandes del estado. Desde muy joven me s
mi casa. Herido por
r nunca en sus expectativas y cansado de oír sus quejas y comparaciones,
pequeña granja y allí encont
onio apareció un hombre mayor de buena posición económica y la hermosa rancherita decidió
su marido y yo joven y tontamente enamorado esperaba que un día lo dejará por mí. Has
llenó mi corazón de más decepción y enojo contra las mujere
. Lo hallé un año después cuando el dueño de un pequeño criadero de caballos con el
có mi vida. El noble anciano y su hijo me vendieron el pequeño cr
Escucha Peter, nadie puede robarte tus sueños si fijas tu meta en conseguirlos. No escuches a quien te diga que no puedes. Escucha tu corazón y persigue lo q
su gesto de venderme su criadero me
ás tierras y más caballos. Luego reces y después ovejas y mi ha
un hombre
ados. Ahora yo era el objeto de deseo de señoritas de la alta sociedad. Empecé a creer q
lla. Por su belleza y por su apellido. Hasta que una tarde llegué a su casa de sorpresa con un
con nosotras Tania después de
allí pasaré mi verdadera luna de miel con Fransua -- Él está de acuerdo en esperarme y una vez casada y con
Como has podido fingir que
ra complacerlo ¡lo haré! Y después de seis meses me divorciare de él y me iré a vivir con qu
! -- Tiene tanto dine
me vaya. O convertirte en su a
te vayas a París con Fransua yo tom
como hacían planes con mi vida
pueblo. Humillando a la hija del gobernador. No sin ante
ír el nombre de Fransua s
di un trato digno. Una habitación junto a la mía y dinero s
ía en una escuela de cocina. Y yo volví
o tras año volviéndome más duro y cerrado ante el amor. Mujere
inario en jefe se enfermó
Esta con Destello -- Le di
rlo, no ha querido comer nada en días y no
ara usted Destello patrón y
terinario. Williamson lo recomendó por encim
eriza donde estaba mi caballo
o! -- Pero te perdonare si me regalas tu úl
Jajaja -- ¿Sabes qué? Ya que tienes tanta hambre, debería p
s y esperaba oír que lo tenía que sacrificar porque no quería vivir. Y ahora ante mis ojo
con la veterinaria -- Sí, Ve Tulio -- Estaba asombrado, alegre,
y se quedó inmóvil mirándome acercarme a ella. Sus ojos me
miel se me metieron en el alma, quite un m
mismas ganas de besarnos como las que sentia yo y que podía ver también
liento y como el mío se entrecortaba. Cuando ib
empezamo
rme reir, Tulio apareció c
o extendiendo el balde con
hacía atrás y su rostro palidecio y
. Yo tampoco me present
rinaria que cubrirá al doctor Williamson mientras él e
estello y le estoy muy agradecido -- Esto deja muy en alto su
acias
de que nadie y dije -- ¡Nadie! -- Moleste a
Esta más que
e este aquí señorita --
e no había sentido nunca. Y aún no me recuperaba de las emociones que me llev