Adictos y Perversos.
o 21:
salón que tiene la habitación se encuentra un hombre de unos treinta y tantos con su brazo izquierdo apoyado en el apoyabrazos del sillón en tanto
susurra en tanto ve cómo su
lar fiesta, pero no logra encontrar nada, absolutamente nada en línea. Se queda pensando unos segundos más y
resa al gran salón para
nto: ¿qué e
xual en las zonas erógenas o sexuales. – lee en voz alta. – supongo que con eso te
xión podrá haber entre lo que halló c
ce en voz alta y va por la informac
qué trata el evento
ras del deseo es una película Nepalí de los años 90 y no tie
res que quiere visitar. La verdad era que desde que su amigo le comentó más o menos de qué trata el lugar cierta curiosidad nació en él, pero era tan grande el
o quería a Barbara, hacer lo hizo fue, en cierto modo, faltarle el respeto porque, aunque lleven tres año
espués de todo no es justo que guarde fidelidad a una relación que de por sí, está destruida y entonces
buscando sobre el sitio y sólo había encontrado imágenes de la imponente mansión sex
te decidido va en busca del teléfo
Sr. Beltrán ¿en qu
a sus huéspedes de poder acceder a prendas de etiqueta exclusiva que en ningún otro lado en el país podrían adquirir ya que el hotel tenía un convenio exclusivo con las f
traje carísimo y sin uso que había comprado el día anterior y que iría a utilizar en
pero no tenía tiempo para pensar en eso, sólo
se me reconozca y que por, sobre todo, que genere gran imponencia al verlo pues
r, en breve se
para ducharse rápidamente, pero fue sólo sentir caer el agua
a otro, unos ruidos que no logró distinguir en un principio hacen que intente seguir el origen del mismo encontrándose al final del camino y pudie
eja de atormentarlo y justo cuando quiere acercarse para poder ver bie
er su entre pierna y notar q
ntraba envuelto en su bata con su
s doradas. – allí dentro está el ticket. Costó 5600$. – Santiago regresa a
ero en cuanto va a cerrar la
además tengo que darle vue
elto no te preocupes.
es en punta daban una imagen de hombre poderoso. Además, hacía juego con su traje de Fifteen Point Eight
e. – dijo al
aunque muy en el fondo esa era su intención. Más bien lo hizo porque no quería darle motivos para que lo utilizara a su favor en una futura pelea legal por la tenencia del bebé. Lo cierto es que jamás se llevó con
bebé es su hijo cuando no
to de su ex cuñada por lo que tenía ese para ponerse junto a unas sandalias de un taco de diez centímetros en con detalle en d
contró, con detalles ahuecados y con brillo, más algunos estra
ió las llaves para usar el baño y rezó porque esté limpió y cómo si la suerte estuviera de su parte,
ta de casamiento de mi mejor amiga y voy llegando
una bolsa de madera y una percha donde llevaba el
debajo de los pechos donde comienza el largo del vestido. Además, tiene un escote que se inicia en el final de esa cinta, justo al lado derecho de su cuerpo, un corte que deja ver su pierna completa y su ca
lineo sus ojos con negro, un poco de rimel y labial rojo furia. Ella no es de utilizar demasiado maquillaje por lo que con él estaba más que bi
salir, se colocó el antifaz para verse cóm
terior. – dice para sí misma y corre el vestido para ver su desnudez. – espero tene
día, 22
do de la cabina de vidrio polarizado. Pero justo antes de que pudier
arte en las paredes. Pinturas sobre el cuerpo humano, en situaciones sexuales, de muje
dejar de mirar las obras de arte
ue pueda responder, las puertas se abren y lo
ué es
luces titilaban y para donde miraba h
sin pudor ni vergüenza delante de tantos desconocidos. No es que esas im
ltitud, guardando no tocar a nadie, no así las mujer
ho lo suficientemente cerca como para
he, se besaron. Si no paso más allá de un beso, fue porque Beltrán no se sintió cómodo con la situación y porque no quería dañar una hermosa amistad. También, con el tiempo entendió que solo fue curiosidad, por sentirse alargado que su mejor amigo, quién fue como un hermano tenía esos hermoso
ue podría sentirse incómodo con ello, estar en un lugar
s cordial y educa
noche lujuriosa
tratando de no tocar a nadie au
l mismo color, que sujeta su rostro con ambas manos y él, tratando se ser
legar a la barra. – al fin. – sus
s guapo, ¿Qué
erte, muy
e pero aún así no quería irse, había
zo fondo blanco y no imagino nunca lo fuerte que era dado que pud
s ojos con fuerza y
iablo" – irrumpe una voz femenina refi
cóm
– señala su
terminó en un solo segundo y en cuanto se reincorporó dio una última mirada
y la mujer que llevaba rato se
eden experimentar desde electro estimulación con maquinarias que si quieras sabrías que existe hasta un sector privilegiado dónde aquellos que sienten excitación lacerando sus cuerpos puedan hacerlo en un sitio es
– pregunta confu
isposición no solo sus cuerpos sino su vida de
ud se abolió hace muchísimos
s quienes preparan los contratos legales y cada subordinado, digamos, sa
co me creería amo y supremo de su vida. – espera molesto y escucha la
ba tan afondo que podía sentir como pulverizaba sus huesos. Sus labios gruesos de color rojo no hacían más que provocarle unas inmensas ganas de besarlos y
ón que relamió sus labios y soltó un sonoro suspiro que, aunque la música
e que no podía dejar de coquetear le a sabiendas
s y decide tomar su vaso, el
ponerlo más incómodo. Por alguna razón, que desconocía, su mirada la hacía sentir una mujer deseada y eso francamente no l molestaba para nada. – Veo q
dóneme señorita, en verdad que vergüenza con usted. – pero para su sorpresa la
ne en el asador, directamente no asistiría a este tipo de eventos. – pe
do su vocablo. – el
d, no vendría de esta forma a un lugar dónde se supone que en cualqui
e le recordaba a alguien cuya personalidad era parecida a la suya y aunque por un momento pensó que podría tratarse de ella,
ka se había tatuado la nuca, tapándose el lunar, sino que hizo lo mismo con esas marcas en sus m
lla noche estaba algo ebria y con el paso del tiempo lo poco que recordaba del rostro de ese hombre
do. Beltrán se sentía demasiado adulto para esas cosas y creía fuertemente que la in
esperarse que sintiera deseos de explorar todo o casi todo lo mismo que ella. – que decenas de ojos te observen, te deseen, sientan el fuego correr por sus venas y las ganas por tomarte con ambas manos y hacerte suya. Desear ser q
do entonces ve cómo la muchacha se
perar demasiado tiempo su res
ara que ella haga lo mismo, pero alrededor de su cuello y comie
y lograba ponerse en su espalda para abrazarlo por detrás e intentar introducir sus manos por debajo de la camisa
. – le pedía
l motivo de su tensión y sólo escucha de
ue esperan ver. – le dice
cada extremo de cada lado tres cadenas finas enchapadas, el resto de tela se iniciaba en la curvatura de sus glúteos por lo que en cuanto el
aba estar con esa mujer, realmente se sentía a gusto,
del lugar en el que estamos
ba sonriendo, drogándose con su aroma, embriagándose con aquella perfecta y adictiva fragancia que emanaba su cuerpo. Perfume a deseo y él n
nace la curvatura de sus glúteos. - si no fuera un caballero, le haría exactamente lo mismo que todos esperan al llegar a un lugar como este. - le confiesa en un hilo de voz, humedeciendo el lóbulo de su oreja con la lengua y arrancándole u
surra entre jadeos en su
quema, incendia las ganas de hacerle el amor allí mi
oncentra en su bajo vientre. – devóreme, cómame. – le pide gesticulando
la vergüenza y su agarre se hacía cada vez
¿qué? – lo
¡qué miren! – y