Indebido
yo, vamos h
se -
e al otro lado de la puerta, me levanta
conversació
Francesco mete los dedos
hablamo
e encantas -dice jug
labios para
N? -escucho que
uelto un sonoro gemido y el
omienzo a moverse con rapidez, suelt
ó de todos los que están afuera y solo somos Fra
siento su cuerpo sobre mi, mientra
jo te
-digo
o demasiado relajado y un líqui
nto amo
preocup
vas te voy
cesco sabe hacerlo. Nunca me he quejado de él, de hecho mis amigas siempre me dicen lo afortunada que soy de
i espalda y el pañito
uando esté
ta
que lo apresuró a ir al baño y arreglarse mientras
na lencería negra que me regaló hace un
casa, quiero continuar lo de h
la parte de atrás, rápidamente me pongo el calzón y el panta
tu buen gusto
o
ero y me pasa un peine y la
rgos o pequeños
que
pido posible, cuando bajamos veo a
esco. Me sostiene de la mano con firmeza
s documentos y
ocupado, bueno, ¿No
pidamente. Mi madre nos
casa con Francesco aunque no es de mi
*
toda sudada, ya que no me gusta
ien me agarra del brazo y tira de mi. No logro ver
as
s aquí? -l
laríamos -dice c
o de su bolsillo, intento soltarm
se -
uto, vamos
iero habl
ablar contigo -d
la mirada como siempre, aprieto la mand
o? -le preg
la mañ
se no le importa que nos vean juntos a mi sí, si alguno de ellos conoce a mi familia o conoce a Franc
me lastima
Me mira y luego decide soltar
or, necesitam
po? -le pregunto, pero no me responde.-
o. Abre la puerta del auto y lu
s -es lo único
regunta, yo quiero s
l auto... -
estoy desesperada, solo quiero salir corriendo a la casa de Francesco meterme entre su
r lo que hicimos, nunca me olvidaré de esa sensación que causa su tacto en mi piel y es
me tiene
na mas segura del mundo, me tengo miedo a mi misma
s no me importa ni una mierda lo qu
hacen que é
eguntas el por qué y a
rme del rostro y un
auto te voy
rqué me dejó aquel día, que me diga por qué no apareció y