Trato con el Diablo
Leo
scú a San Petersburgo, únicamente para b
mbién desconocÃan él y su mujer quisieron matarme al solo verme, es aceptable su reacción
tención de casarme con su hija, pero tampoco q
rmas de deshacer todo, pero hasta el dÃa de hoy no hay soluciones po
avor que me hacen, pero no lo permitiré porque no quiero quedarme con los brazos cruzados, no
do apreciar como la mocosa está frente de mà con un par de mocosas peor q
venir a dormir para volverme a reunir con él porque todo lo del casamiento nos tiene con dolor de cabeza, pero eso
habÃa salido de la camioneta cuando la loca viene a mÃ-, por favo
ba, la mocosa se presenta sin avisar
scansar -salgo de la camioneta y lo último se lo dije por lo bajo porque no
lo que
señalando a las otras mocosas-, acabamos de salir d
nto como si me hubiesen salido dos cabezas apar
esto por lo bajo, a pesar de que siento que
tras guiñarme un ojo-... Vamos Leo, no seas tÃmido-la última palabra me des
? -vocifero
iente -susurra c
más, adueñándose de la mÃa, exigiendo que le responda el beso. Ella cierra sus ojos y de momento me dejo llevar por
amor delante de los pobres -escucho g
a mirada del uno al otro. Puta mierda, ahora la mocosa ha dejado de ser virgen, ya q
e la mocosa levantando pecho y y
iña, no podrÃa ser nada tuy
endo sus manos y tÃmidamente me dicen que
esta mentirosa o seguirle la corri
tengo que resolver, pero antes debo ir a mi habitación. Ellas solo asintieron diciendo que era un gusto conocerme y que tambié
ci
suelta de mi mano y corre hac
as de matarla aumentan, y si voy a morir
la voz luego de asegurarme que las otras mocosas es
grandeza-, todo fue una pequeña travesura, ni que fueses la
aire que tengo porque esta niña provoca que p
de venir a darte una sorpresa-cierro mis ojos, llevo mi mano hacia mi rostro negando con la cabeza de lo que esta niña tiene en su mente-. Ya, deja
e daño, pero no me la dejas fácil insistiendo en que tú y yo algún dÃa tendremos algo que no pasará, tampoco soy ningún ca
yitas a tu histeria -dice con esa tr
le b
-mueve ambas manos de un lado