Trato con el Diablo
Pao
ca, pero, lamentablemente mi padre insiste que no debo salir de casa porqu
l derecho de oprimir lo que quiero y necesito. ¡Necesito ser una
e a mi hermano el cretino no se le niega nada. Me ha quedado claro que mi hermano es el mayor y que lo tengo que respetar porque una niña de bie
*
do ni una sola palabra, ya que él me ataca con sus palabras hirientes y yo le contesto con la tranquilidad que él detesta. Sin duda me afecta todo lo que dice por
ere mantener al margen de todo lo que yo quiero hacer con él. Las palabras de mi madre me sorprendieron porque no le he di
lado del estacionamiento de la casa, y eso quiere decir que el imbécil me dejó plantada. Sí, por ese cuent
o de la camioneta para dirigirme hacia la cabaña que están a unos
que hacerlo responsable de todo lo que me sucederá en unos minutos, y
hecho de que mi hermano está buscando como deshace
captura mi brazo-, tenemos que hablar respecto a lo de ser
e me gusta a mí. Aaaahhh, me declaro ser masoquista, me vuelvo loca al ver como él se po
ancos y perfectos, llevando la mano que tengo libre a su mejilla y con las yemas
ambos nos quedamos congelados en el tiempo, d
porque tú eres y ha sido el único que quiere rechazarme -instantáneamente vuelvo a mi realidad-
ta a esos hermosos ojos que me hipnotizan. Jadeo y su boca se abate sobre la mía, sin darme la oportunidad de improvisar. Me besa con violencia, Nuestros dientes chocan un se
era. De pronto interrumpe el beso, jadeante. Sus ojos hierven de deseo, encendiendo la ardiente pasión. T
r la bebé de papi -recalca la última palabra y yo vuelvo a mi realidad, por un momento sentí que
erentes, pero no le veo nada malo que aprovechemos de este tiempo y oportunidad que se presenta -llevo mi dedo índice hacia sus
da de aire-, no estás incluida en esta conversación porque según tus padres eres una chica de
ere deci