La Fragilidad de un Amor
Barring
viéndomela, todavÃa riendo tontamente. Me reà y comencé a pellizcar
Qué les pongo de beber?-El acento sureño del hombre era fuer
una Coca Co
azo por la espalda de Marianne, sentándome
beza contra mi hombro lo que me sorprendió un poco.
comida, y mantuvimos una constante y agradable conversación durante todo
bre tu vida antes de v
desde preescolar hasta bachiller. Solo éramos diez, en segundo de bachiller. Por lo tanto, decir que me gradué siendo el prim
de nuevo, echó su cabeza hacia tras contra mi homb
lo que hace mucho que no practica. Sé que eso le frustra, pero es bueno tratando con la gente. Mi madre es diseñadora de interiores, una de las principales de Chicago. Decora muchas
del estado de Washington. Y, mi madre es... una loca. ¿Qué puedo decir? Está
stro mundialmente famoso pudin con vainilla y salsa de wh
-Dije antes de que Marianne pudie
posible que sigas
artieras conmigo.-Sus
podrÃa decir que
el postre.-Murmuró, su ali
lo compartirás conmigo?-Pregunté poniend
lo porque me lo pi
ero parecÃa bastante alegre. Me pregunté por qu
crédito. La sujeté frente a mi cara.-¿P
s desvanecerse. Marianne se alejó de mÃ. Pude escuchar el t
Tienes que probarlo.-Mascull
entir el cuenco, pero antes de que lo pudiese encontrar sentà algo cal
entà su pequeño y cálido dedo pasar por mis labios. Cuando se separó oà un suave ruido de succión. PodÃa imag
un poco nervioso. Me incliné contra la parte
ve ruidito y se alejó. Mi mano lo cogió, notando el ticket. Cogà mi tarjeta d
a Marianne. Odiaba pedir
casi sesenta dól
asunto mÃo. QuerÃa hacerlo.-Traté de calmarla. Puse una mano en su espald
la propina?-Me preguntó,
a el estúpido ticket por mÃ. Dejaré e
gar
parte inferior del papel y dejé quince dólares como propina
ra, lo siento. No puedo hacer mucho pero e
iese aprovechando de ti. -R
la cita! Si tú lo hicieses supongo