Diario de un guía blanco
pañeros de guerra, las heridas, las miradas de terror, trataba de hacerme el que no pasaba nada cuando estab
ste anoch
a todos los muertos y heridos en esa guerr
ral yo
un tono amargo, a el también
ara que ya no formes parte del ejército, estoy seguro que el aceptará ya que el m
vaste la vida al g
de mí por no querer aprender a disparar un arma, todos decían que yo sería el primero en morir por no saber defenderme, pero sabes, aquella vez no lo pensé, vi al general a punto de ser asesinado que solo
o me dejen dormir por las noches, estoy bien conmigo por haber salvado la vida de todos esos sol
chacho, ese es
madre y la abuela Annette, cuando los abuelos se r
dedicaste a mi que nunca tuviste tiempo para volver a salir conocer personas, me siento culpable ¿sabes? - am
algún día muero en batalla me gustaría sab
Entiendes?, No vuelvas a decir eso nunca más, falta que te enamores,
aja m
íamos superado lo que habíamos pasado, una nueva guerra inicio, nos mandaron a campo de batalla a ser frente en compañía de franceses, re
arazada, su hija Nancy estaba a días de nacer y el no quería morir en alguna guerra y dejar a sus dos más preciados teso
sin vida de rusos que al igual que yo buscaban personas vivas de nuestro mando para terminarlas de matar, el primer sobreviviente que encontré fue a Agnés una bomba había caído junto a el, había perdido las 2 piernas, pude limpiar su rostro lleno de sangre y de tierra, vendar sus piernas y llevarlo a cuestas a la camioneta que llevaba a heridos a la MASH, se sorprendieron de ver qué
ían soldados heridos por bala, yo seguía ahí acarreando soldados de gravedad, sin brazos, sin piernas, quemados, empezando el crepúsculo llegaron 2 soldados que había mand
do a todos ellos
que ve que si hay heridos me
las camionetas para llevarse a los heridos, mientras llegaban sal
o derecha, - -John, John tranquilo te inyectarme un poco de morfina, tranquil
creo
levaré a las camioneta
nos dejarí
e soy un terco y nunca me iría sin confir
acia
risco de un cerrito, los soldados que habían ido por mi habían puesto una camilla para poder bajar a los heridos más rápido, los rusos se acercaban
oco! Tu e
ueras aquí Leo, eres m
jar que tu hija crezca sin un padre, sin más que decir l
e ser yo el que te salvará a ti
mi ahijada de mi
a granada para acabar con ellos, lo último que recuerdo es
s que quedaban, otros ayudaron a bajar a John, le