Entonces, ¿Nos casamos?
e algo anoche? ¿Salist
a ninguna parte -Ol
reíble que siendo tan guap
indicado en cualquier momento,
o? ¡Cuando seas un
ovio. No es que no lo quisiera, pero tampoco pensaba apresurar las cosas con un hombre, y menos, c
te, arrasando con todo a su paso. Olivia se irguió, sintiendo un fuerte estremecimiento en su interior. ¿Po
tenía sentido que le vi
Leticia contestó cordialmente mientras que Olivia
a castaña escucho decir a su compañera
é oc
o piso del hotel y recojas u
devoluciones, Leticia. ¿Estás loca
último piso y ve a por ese vestido
ubir yo? Tú has sido la
últimos pisos del hotel eran oficinas. Mayorm
tú trabajando en esta tienda,
no lo envían
r -Su compañera s
de números del ascensor aumentaba, Olivia soltaba el aliento cada dos por tres. Su cerebro
en como si trabajará como mensajera. Se cruza de brazos sintiéndose molesta, Leticia
De pronto las puertas se abren y ella se encamina hasta la oficina que le indico
que del hotel a recoger una pre
stán espera
ldito vestido con la secretaria?> ella mira la
parada todo el día? -La secretaria la
aro -As
ono de la odiosa sonar. Inmediatamente, contesta y en
la vuelta -. No entres,
de alivio, algo le decía que no entrara en esa oficina. Menos mal que la s
una bolsa que lleva el logotipo de la boutique. Olivia hace amago de ponerse en pie, cuando de la
hombre en esas oficinas? Se pregunta, ¿no era un huésped del hotel? Ella parpad
nte, observaba lo ancho de su espalda, y esa manera tan arrogante con la que se paraba. Olivia traga saliva, es
os actuaron de inmediato, tomó una revista de una mesita a su lado y rápidamente metió el rostro en medio
lta, nota la presencia de una joven sentada en su sofá. Se detiene un momento para mirarla, llevaba l
lleno en aquella revista que por cierto estaba al contrario, ¿Qué diablos estaba leyendo?,
atender esa
ficina, pero no sin antes
a a la revista -Luego d
al revés. Y ese hombre se había dado cuenta de ello, ¡Por todos los cielo
erta, bajo la revista y observo a
tás
l ves
eras inventado otra excusa qu
está el
T
ía arriesgarse a que ese hombre saliera de nuevo y la enc
stían, quien iba a pensar que el mismo que vio entrar en la tienda fu
? Que tenía de malo que la viera, es que no encontraba ninguna razón
e hacer el ridículo -La joven golpea su frente un par de veces con la palma de la mano