La Nerd Mafiosa
ra estar cerca de aquel lugar en tiempo meditado y poder enfrentar lo que sea que estuviera ahí,
s para acampar, mientras que Cristian estaba dormido dentro de él auto donde
llos de su chamarra azul y la gorra negra que usaba estaba tirada en el suelo del auto. Sus faccion
me acerque a ellos extendiendo mi mano a Edward
a parte del viaje- explique me tra
se quejo Ed
ando hasta tarde además de que me ha estado ayudando
ndoce de brazos, arquee y a de mis
ganas, este apretó sus dientes para luego darme la esp
sus teléfonos, y si ocurre algo estos sonarán en una alarma para que lo sepan, al igual
urra ella nos dirá por los radios que instale en los veh
e- también Chika se encargará de darnos algún indicio si hay
os al escucharlo, le gustaba joderme la exi
las armas blancas que pidió y usted ya sabe utilizar, además de armas de fuego normales
la saber inmediatamente, cualquier contratiempo de inmediato!- dije en algo para que me escucharán todos los que iban a ir, aún no entendía mu
todo desde su auto listo para irnos, cuando le pillo mirándolo me dió la espalda y e
a salir?- pregunto
autos empezaron a salir de la mans
mos llegando al punto dónde nos divid
istian?- pregunté por el radio mira
on mi hermana Ximena- me explico, re
que cumplas con cada requisito y si pasa algo informarlo inmediatament
que me seguían que eran los de mi grupo, me solté el cinturón de seguridad y ace
gré acomodarme en mi lugar observándolo desde el espejo retro
to?- pregunto removiendose en su lugar par
taste, eres pésimo actor- me burle a él mirando el frente, s
o, tome una botella de agua que
iferente extendiéndole la botella sin voltear a verlo
mire de reojo un momento y luego lo ignore por comp
a investigar, tome mi arma que tenía sobre mis piernas luego de apagar el auto
dad en la cual íbamos, pero para mí eso era mejor.
quedando solamente en la camisa de tirantes bl
a la manera en la que conduces- dijo el
uego, también pedí que metieran armas blancas, y trae varias municiones de mi arma-
nte se acercaron a mi ubicación y aparcaron los autos para salir de e
ostada en el auto, junto a Cristian quien había ech
e sin ninguna expresión y les di la espalda, ellos ya sabían lo que tenían
es, lo suficiente para hacerme creer
a la cabaña mientras que por el radio que llevaba Cristia
emás estaban al rededor nuestro con las a
que también triste. Me aterraba la idea de que en alguna de
frenarme y detenerme, ten