Desde las cenizas
ocinaba hacía comparaciones confusas. A veces, la harina de trigo le recordaba el desierto, que nada más había visto en fotografías y documentales del Discovery Channel, y el azúcar le re
rse a sí misma como
ntraba de vacaciones (más bien de permiso, sin embargo, prefería fingir que estaba desocupada por gusto y no porque su jefe se hartara de sus errores días antes. Se
rma. Él era bueno con los computadores y el diseño w
una mala idea porque al fin y al cabo lo que estaba preparando era un merengue. Pero eso ya estaba resuelto: el almíbar estaba en su punto, ya
instantes, él se quejaba por haberse quemado y luego se llevaba el dedo a la boca, sonreír y le decía: «delicioso, aunque le hace fa
intura. En esa posición, se parecía más que nunca a David, pero con el cabello recogido en dos coletas a nivel de la mandíbu
levaba puesto, y se volvió hacia el biscocho de vainilla que tenía sobre la mes
ién es? -
a burlando; pero la verdad era que sabía lo mucho que a su hermana le gustaban lo
arle algunas fotografías, para el blog
recipiente que contenía el merengue, pero
la
del ojo, meter la mano y lle
ía una ni
almendras molidas, ralladura de na
ta. Ava volvió a fruncir el ceño, preguntándole en silencio si se burlaba. Su mirada
ue lo comam
llevaban sin compartir un día en familia. Pensó en el padre de ambas y se dijo que a lo mejor era buena idea esperarlo; pero él pa
era otr
eno
Pero primero..., ayúda
TENTA
rones con la manga de repostería. Yo usé la boquilla número dos con forma de pétalos, pero claro
reza pálido y sabor artificial de almendras; pero también funciona con el merengue completamente blanco. Ademá
fico durante al menos dos horas, pero si son impacie
ublicar» e hizo girar la silla en la que estaba sentada. Luego s
o porque lo había pasado junto a su hermanita y habían comi
ó hacia el cuarto de baño. Ahora, se dijo, tenía que des