Detrás del velo
y A
de mi voluntad a la g
a flote cuando el vehículo cuatro por
hora yo había sido devuelta a las tierras de donde mi madre le
lágrimas a mi madre y de donde
el calor del desierto quemarme, sentí que mi alm
que sintió mi madre en aquel entonces, trataba de
estar rodeada de vegetación verde, árboles, ríos, tod
ara mi madre eran tan reales y que ahora eran parte de mis pes
dientes, eran alrededor de 50 sujetos con cara de asesinos, quienes
e de turbante negr*, nos miró a todo el grupo recién llegado. Su
lo que mas sobresalia de él era su pres
viduo, nos empezó a pasar uno a uno, como si s
e las mujeres tratando de sorprender al homb
s cedió por tu generosidad al permitir vivir
boda que se acerca. Será parte de tu harén y será una de
rio jefe, te la han entregado para ser candidata
que solo fue comprada, no tiene nada especial p
ubinas o entre las que sirvan, depende d
ron por unos minutos y sentí una repulsión y u
ue me atraía a su interior. Él me miró por
e alguien ya me había advertido que fuera indife
hizo salir del dilema de m
rcancías -Dijo el recién llegado hombre y
entí que ese tipo miraba
ntir un poco de empatía por nosotras las mujeres, él
mercancía, le aterricé mis oj
sufre, no siente? ¡Que horribles q
s ojos color marrón que de otra distancia parecería como
ra de las otras, Assad Qatar.
on en sorpresa para mirarlo mejor, pero luego agaché la
, tenía un rostro ovalado nariz puntiagudo y alto, tenía un cuerpo al
para él, se acercó a mí, me escudriñó con
s de mi? -me volvió a mirar con ojo
mirando, me percaté de eso y sonrojé, por supuesto
edad, quien me hizo un gesto de regaño, de baj
ran Jefe, no lo mires demasi
aba de comprar, es tu d
nsidad, sí mis ojos tiraran a
este hombre desde
enía de comprars
a la península de Arabia Saudí para irme a
la existencia, yo vivía tranqui
n educación sin caballerosidad, un salvaje del desierto, t
losa, nadie creería que se erizaba un edificio a
e podía caer la quijada de tant
plata y piedras preciosas, tanta ostent
jer, que pareció ser la encargada de todas las prisioneras
omo aceptando lo que le dijera, pero un minuto despué
una razón, yo no
llo hasta llevarme a u
pues aunque aprendiera bien a hablar español, mi madre siem
s usaba hablando con mi madre, ella no quería que olvidara mis
ahora será para ti sola. -Di
e me vieran pocos y notaran mi juventud, mi madre me habí
Creí haberme quedado sola en esa habitación, no esperé que ese
el burka de mi y había exp
sus ojos me habían traspasado mi
ojos en los
cia del desierto, la
estuviera desnuda, solo me ha
se acercó mas a mi y
ice en tono simple, su
la habitación. -Rechazo su presencia y él queda po
és, llega una c
ra la cena, puedes apresu
ropa doblada y lo
luego se para cerca de
iada, ella me dirige hasta un enorme salón amplio, al llegar justo veo a todos sentados, ve
o se agiliza y toma el lugar sonriéndose alegremen
ectamente a Omán, ordenó sentarme en el espacio vacío. Así lo hago sin d
arte, actúas como un
es vivir y ya pareces un
yores y dice hablándo
comportarse debidamente, lo
es humanos como si fueran meros costales de materia? Me dije mientras miraba
re por nombre Assad -Si,
cubrir mi rostro delante de un montón de s
ueron mis pala
pies y me mira con los ojos sobresaliéndose
Omán sobresale del r
ré que nadie la maltrate. -Sus palabras cayer
a di-ces? ¿ape
trás... y si ella quiere tapar su rostro, que a
ás el próximo Jeque, pero me tenías
debí dejar que maltrat
isiquiera puede cuidar