El Calor del Oriente
iró directame
e Alá bendiga su estadía en nuestro país. Es
a, el Príncipe. La verdad es que llevo todo el día interna en el desierto
taron sobre las cómodas sillas- es muy fác
ado en mis habilidades, pero como ve, nada ha resultado
orusakistan?- el Jeque la m
aje acá. Su país, aunque pequeño, está dotado de una belleza singular, es po
bien- intervi
imprudente de su parte, señorita Stone. El
a. Lamento la pér
- respon
dispuesta a aplazar, de hecho, me hubiese gustado llegar al sepelio del antiguo
como si la evaluara- debió t
sola- se encog
r cualquiera- la voz sedosa
hace usted más que llamar la atención, es como una gran pancarta iluminada en med
erto que suelen robar muje
le hubiese salido un tercer ojo- Eso es
as costumbres aquí- el Jequ
ombrada ante el hecho de que ellos hablarán tan tranquila
dió el Príncipe con
no las encuentran a tiempo no hay mucho que hacer, algunas terminan siendo vendidas a casas de placer masculino- Isabella abrió los ojos enormes- otras son vendidas entre ellos, y algunas son escogidas para quedarse con alguno de sus hombres, el caso es que sue
udo haberle ocurrido- que costumbres tan. . . tan. . . primitivas.
stan suele escandalizarse- respondi
ó el Jeque- podría resultar una mer
mientras lo fulminaba con una dura mirada, le imp
na recompensa para cualquier bárbaro, el hecho es que de haber sido raptada usted, nadie sabría que se encuentra en esa situación puesto que anda sola, lo cual sin duda alguna la llevaría a alguna de las opciones que le he explicado con anterioridad- el Je
en- dijo Isabella incapaz
llegué a tiempo. De hecho se topó
lla Stone, hubiese terminado muy ma
mportó muy bien, es todo
un caballero- la mirada del Jeque se había endurecido y su ma
nes de las personas, Excelencia,
nfadado y ella no logr
ar donde pueda hospedarme, no quisier
ertinente, no hay ninguna prisa por que se marche. De hecho, me sentiría más cómodo sabiendo que es
eo que
n ningún problema. Se le asignará una doncella para que le ayude en todo lo que usted necesite. Le esperaremos para cenar señorita Stone, mi madre estará encantada
diga, Excele
se levantó, y con pasos fir
ajestuoso traje oriental bordado en oro, y su imponente presencia, la d
ni de los países hermanos, pero lo cierto era que su belleza era maravillosa, su piel se veía tersa y suave, sus labios sonrosados, esa hermosa melena dorada con destellos rojizos, sin duda alguna era muy
la puerta l
ela
elen
r- le dijo c
esea verle-
le respondió t
rmosa túnica roja con bordes dorados, colores que indicaban en Norus
gando hasta él, envolv
¿has logra
surrante- me es muy difícil dormi
l, pero debemos superarl
o. Vine a solicitar
frunció
entos. No puedo estar m
a madre, puedes hacer
se tensó al escuchar aquello. Sabía que debía casarse, tenía seis meses para encontrar esposa y aquello le
todo se haga com
n nuevamente, quedará maravi
r en seis meses o no tendría como retener el trono,
paso elegante y decidido. Cuando
ad
- le dedicó una
el Palacio durante un tie
rillaron expectantes- ¿
a fotógrafa extrajera que desea plasmar la belleza
hijo mío, ¿cuán
do Zahir- le respondi
sus. . .amigas- pa
sus muchas amiguitas, madre. Y espe
o y caminando hasta él- ¿S
expresión alguna- te pid
echas. Aquella misteriosa joven, había lla