Tú serás Mi Dulce Amor Por Siempre
RE
tidos había subido, es
ba la mitad de lo que cuesta ahora por una docena. -Dijo Franco,
se una docena
nó desde el fi
¿qué? -camino hacia la ventana del
ué p
ahí, se parece a Celeste, Di
n la acera, con el brazo atrapado en el puño de un tipo, lo suficient
los dientes. -Suélta
o hablar. Tenemos q
¡O
cara de Celeste se transformo a alivio. Se ar
je furioso a Carlos. - ¿Y quié
tigo, imbécil. Eso es lo que soy
e -gruño
-dijo C
nse. -su mano cay
lo Je
Seg
-Repiti
e y lo
luego la miro a ella. -¿ Crees que m
uí -Di un paso
uelta y se fuera. Era satisfactorio verlo marchar y era m
e voz atravesó mi orgullo. -¿C
ómo
la! ¿Me r
qué
ndo a mi ex novio como un jug
s pensando? -sis
, y que ibas a ser raptada, entonces de
que hicieras es
aba
n. -No mientas Celeste. -H
ue podías leerm
antó u
ayudarte,
-dijo ella, -pero n
viene de mi?
ue hiciste
eso, en ese momento eras una mujer indefensa. ¿Qué se supone que
ando. -no necesito un caballero. No necesito q
has dejado claro
upone que s
fuerte, que no puedes ver lo q
uiero saberlo, quiero que me dejes en paz, ¿De acuerdo? Ya no somos amig
nclu
eleste se mordió e
ue estuvieras tratando
rma estúpida d
rreglárm
hacer lo que tengo que haceles
vuelta a la calle. Desapareció dentro de la
esperó detrás del mostrador en la Tienda General. Había empaquetado mis
-le dije y
ejores granos que esta
co so
devolviendo la sonrisa pe
allá afuera. No sé quién era ese extraño, pero Celeste necesita toda la ayuda pos
s un buen
mbién,
entos se centraron en Celeste, en mantenerla a