Secuestrada por el árabe
stro y su aroma tan particular se habían quedado grabados en su memoria, Zafir aún seguía en Los Ángeles investigando sin obtener resultados, aún no había ind
e tocar antes de entrar, es una regla bás
ón comprometedora con alguien, si así fuera me daría gusto, ha
ece? Espero sea
casa en unas semanas, la próxima semana es
que asistieron a
asistir, envió a
o, no estoy pa
ecta un gran capital a nuestros proyectos sin cuestionarlos, podría ofenderse si rechazamos su invitación, es
que no acudo a fiestas, pero estaré solo un rato y me march
diversión que pienso aprovechar indudablemente
as estoy -g
hizo romper el celibato, ya me tenías preocupado, incluso llegué a pensar que qu
o ni mis decisiones, somos amigos, pero no cruces los límites, sabes que
, nos vemos cuando s
en señal de rendición caminando ha
e en tiempos difíciles podía contar con él, tal como había ocurrido añ
seguida entró una sensual rubia, era muy bella
tas algo
ya lo sabes perfectamente -se le quedó
ue cambiar tu comportamiento y tu actitud hacia mí, no me importara despedirte, aunque hayas sido la me
a te pidió que me ayudaras y le prometiste hacerl
e cubría aquella blusa con tan pronunciado escote, acercando sus grandes at
nmediato Anelie,
e avisas cuando los hagas para entregar
ga de Lyna, así podría estar cerca de él, había intentado por todos los medios llamar su atención, pero parecía que Ahmed no la notaba, incluso fingía sentir am
esa mujer, no quitaba el dedo del renglón, estaba dispuesta a
todo lo necesario, solía quedarse frecuentemente en ese lugar, su casa era un lugar muy grande y frío en el que no le gustaba estar, cada espacio estaba lleno de hermosos recuerdos, los niños co
etirado, solo quedaban él y los vigilantes en aquel edificio, se sentó frente a su escritorio y se sirvió un
a una familia feliz sonreía, agacho la cabeza y cubrió su cara con sus manos recargandose sobre el escrito
jer le sonrió mientras recorría sus labios con su lengua, llevaba puesta una diminuta lencería de encaje, se le
fuego que se enciend
repente sintió que apretaba fuertemente su brazo, la obligó a levantarse y la llevó hasta
ez que haces esto ¿q
deseo, no puedo salir desnuda a la call
después volver a abrirla, av
vertencia, te co
opa y se marchó de ahí, no pensaba dejar de in
sábanas al piso, puso unas limpias y después se a
n sus brazos a un bebé, ella lo miraba, su mirada era triste, él trató de
siempre que ingería demasiado alcohol, trataba con el de olvidar sus penas, pero sucedí
xistencia, aquel que le carcomía las entrañas, ese en el que veía a su mujer y a sus pequeños hijos dentro de esas frías cajas, dese
an solo la vida le diera la oportunidad de
stuvo ahí cada día, soportaba sus arranques y sus insultos, poco a poco
volvería al lado de las personas que odiaban a su familia, sus padres inclusive se
camino, había renunciado a todo por ella y después la