Hielo y Fuego en las Venas
cia el amor, pero brillaban con la misma intensidad cuando se paraba frente a su amante de turno y le decía que todo había terminado, no era un hombre de relaciones largas y odiaba que las mujeres se
ión de que nunca más
cuerpo podía otorgarles, así que si placer querían él era precisamente el más indicado para ello, pero si buscaban sentimientos, compromisos, matrimonio, una ca
ntas semanas con la misma mujer, unos lo admiraban por ser tan sexy y seductor además de por pasearse con las mujeres más hermosas; empresarias, modelos, glamurosas herederas, no tenía gustos definidos; morenas, rubias, pelirrojas, pero así como muchos le admiraban ot
su amante de turno cuando su móvil comenzó a timbrar, sin
r Don
unicarme contigo- él miró la
ele
preguntaba si estarías
stoy- respon
bes que podemos
esta noche
r?- preguntó c
mujer- co
do creer Ty
ene.
uando me tienes para ti con exclusivi
usividad, nuestras
fuimos unas salidas,
- advirtió po
ler, ¡todo!. . . no te he
de humor
de opinión, pensé que podrías. . . s
nadie!, ¡no per
. . - gi
dicho Celene, ya basta
entenderlo T
por el bien de todos dejémosla hasta allí, sabes q
ella, pero cuando descubrió que la pasión se estaba tildando de sentimientos supo que era hora de cortar los lazos, lo único es que Celene no lo entendía. Como a todas desde un principio dejó establecidas las reglas de aquella relación, era placer lo que buscaban, él había disfrutado a su lado
erpo respondía a aquel estímulo. Elena Smith, era una reconocida empresaria, muy dura en los negocios, así como en la cama, desinhibida, ardiente y terriblemente sensual, le encant
ioso por aq
uien rompiera las reglas, es por ello que aquella noche se saciaría de ella y luego se despedirían. No pud
r fuego,
s veremos ésta noche- d
prendas llamas a mis sábanas- le respondió c
dicho popular, de que él
s, Señor Donovan. Espero que es
tirás en u
, sin embargo debo deja
do. . . a
ella con una sonrisa an
y menos con sexo, por muy bueno que fuera. Esa era su especialidad y él no se permitiría perder en
e tenemos reservación para cenar- dijo s
saciar, Señor Donovan - le bes
ena
o saltarme la
ro.
tar tu nombre, y no creo ser capaz de
rápido movimiento estuvo sobre ella. Comenzó besando sus labios, y fue en descenso besó su cuello, sus pechos, dedicándoles atenciones a sus ya sensibles pezones, gimió al sentir como uno de ellos era succionado con fuerza, luego sintió que sus labios seguían descendiendo, él se detuvo un momento en su obligo, Elena se estremeció cuando la lengua entró en aquel pequeño orificio y casi de manera inconsciente abrió las piernas para él, Tyler sonrió, la tenía a su merced, y él no desaprovechaba una invitación como aquella. Elena se retorció de
reír, pronto salió de entre sus piernas y la ob
os prisa,
de negarme la satisfac
dríamos r
e, luego se levantó y lo miró a los ojos, se elevó un poco y cuando descendió pudo sentir como él la llenaba por completo, se ajustaba tan perfectamente a ella, dejó caer su cabeza atrás con el abundante cabello rozando la espalda. Tyler, la vio cerrar los ojos por unos instantes y supo que saboreaba del momento de la unión, luego de eso lo miró a los ojos e
de las caderas y la instó
lacer?- pero a pesar de sus palabras comenzó a moverse con mucha su
- ella rió feliz d
celeraron, pero un par de minutos
cho al escucharla gemir con una mezcla de placer y dolor -Eso te enseñará a no jugar conmigo, Elena- sus palabras fueron acompañadas de fue
. . . ¿te ha adormec
fecho- la miró sonriendo, y
n duda debemos soluci
maravillosam
ortarme mal c
o sonriendo mientras sentía la
ió, debía pasar por su casa antes de ir a la oficina, cuando estu
, grandulón?-Debo ir a mi
- dijo sonriendo mientras se sentab
ero era lo que debía- estoy intentando un nuevo
preguntó ella sonriendo m
o podremos seguir viéndonos- ella lo miró en sil
que ésta ha sido
emo q
jo con voz tensa- me gu
sabes perfectamente
zas de que no me tratar
la miró frun
n poco de atención, yo soy más que eso. Te confieso que te extrañaré, eres genial en la cama, pero ya conseguiré remplazo, de eso que no te quede duda- pasó a su lado en dirección al cuarto de baño y aunqu
abl
do una de sus
, no se sentía nada contento y debe
retaria mientras se ru
e- cas
en que están interesados en escuchar
erf
a dice q
Du
eñor.
- y no lo decía por mach
taciones- Vivian Way, dice que le espera a usted y
nuestra aceptación, convoque una reunión
spiro. Una mujer. . . Vivian Way. . .¿Sería h